Yo no tengo la culpa que te vayan mal algunas cosas, siempre te espero con alegría por volverte a ver de nuevo.
Mi vida será de entre 10 y 18 años. Cualquier separación de ti será muy dura.
Tu idioma y el mío no son iguales, dame el tiempo para entender lo que quieres. Confía en mí. Soy incapaz de traicionarte.
No te enojes conmigo por mucho tiempo. No me encierres como castigo. Tú tienes tu trabajo, amigos, hijos y esposa. Yo solo te tengo a ti.
Háblame. Aunque no entiendo tus palabras, entiendo tu voz cuando me hablas.
Antes de que me golpees, ten en cuenta que yo tengo dientes que fácilmente podrían aplastar los huesos de tus manos, pero elijo no morderte.
Antes de que me regañes por ser flojo o poco cooperativo, pregúntate si no puede haber algo que me esté molestando. Tal vez no me esté alimentando correctamente, estuve mucho tiempo al sol, o mi corazón se está poniendo viejo y débil.
Encárgate de mí cuando envejezca. Tú, también, envejecerás algún día. Y no me abandones en mi último viaje. Todo es más fácil para mí si tú estás ahí. Recuérdalo, yo te amo.
Yo no tengo la culpa que te vayan mal algunas cosas, siempre te espero con alegría por volverte a ver de nuevo otra vez cuando llegas a casa.
Así como no abandonarías a tus hijos no me abandones, yo no te exijo y te doy todo aún en las malas y en las cosas que no me gustan y te quiero igual que como tus hijos te quieren.
Enséñales a tus hijos a compartir conmigo y enséñales que no todos somos iguales pero que amamos y sufrimos por igual. Luego ellos enseñarán a compartir a sus hijos y amigos. El mundo ya tiene demasiados egoístas y avaros que no comparten nada y tú lo sabes mejor que yo.
Redcamelot.com
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