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por Redacción RPP
·"A pesar de su importancia regional, Brasil no ha sido capaz de traducir su capacidad estructural e instrumental en un liderazgo efectivo", explica analista.
Brasil ha sido incapaz de plasmar su capacidad real en un liderazgo efectivo en Latinoamérica, aunque sí ha podido potenciar su imagen en la región y en el exterior, sobre todo en Europa, explica el analista Andrés Malamud en un informe incluido en la última edición del Anuario Iberoamericano.
"A pesar de su importancia regional, Brasil no ha sido capaz de traducir su capacidad estructural e instrumental en un liderazgo efectivo", explica Malamud, investigador del instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa.
Malamud ha incorporado su informe, titulado "¿Mejor solo que mal acompañado? Brasil, entre la turbulencia regional y la emergencia global", al Anuario Iberoamericano 2010, que acaban de publicar la Agencia Efe y el español Real Instituto Elcano, de análisis políticos y económicos.
Los "potenciales seguidores" de Brasil en América Latina "no se han alienado con sus principales objetivos de política exterior, como la obtención de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, la Dirección General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su intento de presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala Malamud.
El investigador refiere que, aunque Brasil goza de un amplio respeto en el marco de América Latina, sin embargo, hay una notable brecha entre el reconocimiento regional y el mundial del liderazgo brasileño.
"Los intereses divergentes y las luchas de poder dentro de Sudamérica hacen difícil poder reducir esta brecha en el futuro próximo", afirma Malamud.
Es por eso, añade, que las élites de la política exterior brasileña "cada vez abogan más por una postura pragmática que diversifique las estrategias y que haga a Brasil menos dependiente de su agitada región".
Y "aunque la integración subregional no ha dejado de ser un objetivo, sí que ha dejado de ser una prioridad", asegura Malamud, que atribuye al gran país sudamericano una ambición defensiva y no ofensiva.
Así, la principal meta de Brasil "ha dejado de ser integrar a Sudamérica en un bloque regional con una única voz (casualmente la suya); ahora el principal objetivo es tratar de limitar los daños" de la inestabilidad política de la zona, las tormentas financieras y los conflictos fronterizos.
Brasil se ha convertido "en un apagafuegos", más que en un potencial líder regional, agrega Malamud.
"Mantener tranquilos a los vecinos -dice el analista- encajaría más con los objetivos brasileños de política exterior que liderar a dichos vecinos, ya que evitar los conflictos en su patio trasero parece ser una condición necesaria para mantener sus logros en la escena internacional".
Entre estos logros figura, por ejemplo, la buena consideración por parte de la Unión Europea, hasta el extremo de ofrecerle una "asociación estratégica", aunque siempre dentro de los recelos que conserva Bruselas para tratar individualmente con los países del Mercosur, bloque del que forma parte Brasil junto a Argentina, Paraguay y Uruguay.
Malamud sugiere en este sentido que Brasil "puede aspirar a un papel protagonista en el escenario mundial siempre que actúe por su cuenta".
El Anuario Iberoamericano se publica desde 1989 y se ha convertido en un manual de referencia para estudiosos y expertos en Latinoamérica, merced a sus análisis y a la disección pormenorizada que de la región ofrecen sus datos, gráficos y estadísticas país por país. EFE
"A pesar de su importancia regional, Brasil no ha sido capaz de traducir su capacidad estructural e instrumental en un liderazgo efectivo", explica Malamud, investigador del instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa.
Malamud ha incorporado su informe, titulado "¿Mejor solo que mal acompañado? Brasil, entre la turbulencia regional y la emergencia global", al Anuario Iberoamericano 2010, que acaban de publicar la Agencia Efe y el español Real Instituto Elcano, de análisis políticos y económicos.
Los "potenciales seguidores" de Brasil en América Latina "no se han alienado con sus principales objetivos de política exterior, como la obtención de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, la Dirección General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su intento de presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala Malamud.
El investigador refiere que, aunque Brasil goza de un amplio respeto en el marco de América Latina, sin embargo, hay una notable brecha entre el reconocimiento regional y el mundial del liderazgo brasileño.
"Los intereses divergentes y las luchas de poder dentro de Sudamérica hacen difícil poder reducir esta brecha en el futuro próximo", afirma Malamud.
Es por eso, añade, que las élites de la política exterior brasileña "cada vez abogan más por una postura pragmática que diversifique las estrategias y que haga a Brasil menos dependiente de su agitada región".
Y "aunque la integración subregional no ha dejado de ser un objetivo, sí que ha dejado de ser una prioridad", asegura Malamud, que atribuye al gran país sudamericano una ambición defensiva y no ofensiva.
Así, la principal meta de Brasil "ha dejado de ser integrar a Sudamérica en un bloque regional con una única voz (casualmente la suya); ahora el principal objetivo es tratar de limitar los daños" de la inestabilidad política de la zona, las tormentas financieras y los conflictos fronterizos.
Brasil se ha convertido "en un apagafuegos", más que en un potencial líder regional, agrega Malamud.
"Mantener tranquilos a los vecinos -dice el analista- encajaría más con los objetivos brasileños de política exterior que liderar a dichos vecinos, ya que evitar los conflictos en su patio trasero parece ser una condición necesaria para mantener sus logros en la escena internacional".
Entre estos logros figura, por ejemplo, la buena consideración por parte de la Unión Europea, hasta el extremo de ofrecerle una "asociación estratégica", aunque siempre dentro de los recelos que conserva Bruselas para tratar individualmente con los países del Mercosur, bloque del que forma parte Brasil junto a Argentina, Paraguay y Uruguay.
Malamud sugiere en este sentido que Brasil "puede aspirar a un papel protagonista en el escenario mundial siempre que actúe por su cuenta".
El Anuario Iberoamericano se publica desde 1989 y se ha convertido en un manual de referencia para estudiosos y expertos en Latinoamérica, merced a sus análisis y a la disección pormenorizada que de la región ofrecen sus datos, gráficos y estadísticas país por país. EFE
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