Esta protesta buscó responder a las manifestaciones del domingo que, entre otros puntos, pedían la destitución de la mandataria brasileña.
Los sindicatos y movimientos sociales de Brasil se movilizaron ayer en defensa del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, ante la expectativa de que el número de manifestantes aumente con las marchas previstas en Sao Paulo y Río de Janeiro.
Las concentraciones buscaron respaldar al Gobierno de Brasil después de las multitudinarias manifestaciones que el domingo sacaron a la calle a unas 900.000 personas en más de 200 ciudades del país, para pedir, entre otros puntos, la destitución de Rousseff.
A pesar del respaldo a la presidenta, los organizadores de las marchas aclararon que las manifestaciones también expresan el rechazo de los sindicatos y movimientos sociales al severo plan de ajuste fiscal lanzado por el Ejecutivo para enderezar la economía del país.
Las medidas de austeridad incluyen una fuerte disminución de los gastos públicos y un aumento de la recaudación por la vía tributaria, lo que ha enfriado todavía más la economía, que si se cumplen las proyecciones oficiales, se contraerá un 1,5 % este año.
Las concentraciones también trasladaron el repudio de la izquierda hacia el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien hace unas semanas anunció su ruptura personal con el Gobierno, a pesar de su formación, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), forma parte de la coalición aliada.
EFE
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