La droga se introducía lanzándola desde el exterior o la portaban los internos cuando regresaban de los permisos. Se intervino a 52 personas en esta operación policial.
La desarticulación se ha producido en la cárcel de El Dueso, en Santoña, en la norteña región de Cantabria. El delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, dio a conocer hoy los datos de la denominada Operación Berria, iniciada en julio de 2009 en colaboración con la dirección del centro penitenciario.
Ibáñez explicó que los internos actuaban dentro de El Dueso en pequeños grupos, dirigidos por un 'cabecilla', que se ocupaba de obtener la droga, distribuirla entre los vendedores (también presos) y que facilitaba a los compradores los códigos postales o las cuentas donde debían transferir el dinero.
Los 'cabecillas' de la red, que dirigían grupos independientes dentro de la cárcel, utilizaban a familiares y amigos para que buscaran a terceras personas que se ocupaban de abrir las cuentas bancarias en las que los presos que compraban la droga hacían la transferencia, explicó.
En la prisión de El Dueso, la Guardia Civil ha detenido a 15 internos y otros tres estaban en las cárceles de León, Dueñas y Valladolid, aunque se les acusa de estar relacionados con el tráfico de drogas en el centro penitenciario de El Dueso, según dijo su director, Carlos Fonfría.
El responsable de la prisión de El Dueso añadió que estos tres presos fueron trasladados a otras cárceles por diferentes motivos y se desconoce si en esos centros seguían traficando con drogas, aunque Fonfría insistió en la "dificultad" de saber si entran estupefacientes en las prisiones, porque la mayoría de la gente lleva la droga en su cuerpo, "en el recto o la vagina".
De hecho, así entraba la droga en El Dueso, la mayoría en el cuerpo de los familiares o en permisos de los reclusos, pero también algunos colaboradores de esta red tiraban los estupefacientes por encima de los muros de la cárcel y en los 'vis a vis'.
-EFE-
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