Decenas de miles de personas se manifestaron hace diez días en Washington en favor de la reforma migratoria, y Obama reiteró su apoyo a ese esfuerzo.
"Este no puede ser un asunto simplemente del presidente Obama y del Senado demócrata", declaró Gibbs en rueda de prensa.
La reforma migratoria, que podría abrir un camino a la legalización para casi 11 millones de extranjeros indocumentados residentes en Estados Unidos, fracasó en 2006 y 2007, precisamente en el Senado, donde dos congresistas, un demócrata y un republicano, ahora intentan sacar adelante un nuevo texto.
El senador republicano Lindsey Graham, que lidera esos esfuerzos junto al demócrata Charles Schumer, acusó la semana pasada a la Casa Blanca de no presentar ninguna propuesta concreta.
"Los republicanos tienen que empujar también. (...) Francamente, no puede ser un asunto del presidente Obama, del Senado demócrata y de Lindsey Graham", subrayó Gibbs.
Sobre la posibilidad de que la Casa Blanca presente su propio texto a debate, como acabó sucediendo con la reforma de la Salud, Gibbs se limitó a indicar que Obama ya ha expresado su claro apoyo a los términos de un acuerdo mencionado públicamente por Graham y Schumer.
Decenas de miles de personas se manifestaron hace diez días en Washington en favor de la reforma migratoria, y Obama reiteró su apoyo a ese esfuerzo.
El Partido Demócrata, que cuenta con una amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso, ha caído sin embargo fuertemente en los sondeos de cara a las elecciones legislativas de noviembre.
AFP
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