En uno de los pisos fue localizado un menor de 16 años y de origen brasileño, que llevaba casi tres semanas realizando servicios sexuales para la organización.
Los cinco nuevos detenidos fueron arrestados en tres prostíbulos masculinos ubicados en el distrito centro de Madrid.
En la primera fase de la operación, la Policía dio por desarticulada por primera vez en España una red dedicada a la explotación sexual de hombres, en un dispositivo en el que fueron detenidas otras 14 personas.
El cabecilla de la organización, conocido como "Lucas", era el encargado de conocer la situación de estas personas y solicitar de forma periódica el ingreso de las cantidades semanales que las víctimas debían satisfacer mediante transferencias bancarias.
Los investigadores comprobaron que los hombres permanecían en cada local unos 21 días y estaban disponibles para los clientes las 24 horas.
En cada casa había una media de ocho a diez chicos que eran "publicitados" en diversas páginas webs ofreciendo servicios sexuales tanto en los propios locales como en domicilios particulares y hoteles.
En uno de los pisos registrados fue localizado un menor, de 16 años y origen brasileño, que llevaba casi tres semanas en el local realizando servicios sexuales para la organización.
Los responsables de la red y los jóvenes se repartían las ganancias al 50 por ciento, dinero que supuestamente era para el pago de las habitaciones en las que vivían, en condiciones muy precarias y que debían compartir en literas o durmiendo incluso en la misma cama.
Los responsables de la red les hacían firmar un contrato de alquiler de la habitación compartida para eximirse de responsabilidades y aparentar que estaban allí voluntariamente.
Junto a los últimos cinco detenidos por delitos relativos a la prostitución y contra los derechos de los trabajadores, los agentes han arrestado a otras cinco personas que se encontraban en España en situación irregular.
En total, la red pudo traer a España a unas 80 personas procedentes del Estado brasileño de Maranhâo (norte), de las que 64 eran hombres.
Algunas de las víctimas, de edades entre 22 y 29 años, sabían que venían a ejercer la prostitución, aunque creían que lo harían en otras condiciones, mientras que otros lo desconocían y estaban convencidos de que iban a ser contratados como bailarines o modelos.
Bajo amenazas de muerte, los chicos estaban disponibles 24 horas para prostituirse y para poder mantener relaciones sexuales continuamente los responsables de la red les suministraban "popper" (una droga para la estimulación sexual), viagra y cocaína, informaron los agentes.
Por sus servicios, cobraban unos 60 euros (unos 75 dólares), aunque la mitad del dinero lo tenían que entregar a los responsables de la red.
También tenían que pagarles unos 4.000 euros (unos 5.000 dólares) por el viaje a España y entregar la mitad de la recaudación, además de 200 euros (unos 250 dólares) por el alojamiento y la manutención. EFE
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