La joven Rosimeiri Boxall, de nacionalidad brasileña, no pudo soportar los insultos de las inglesas Kemi Ajose y Hatice Can y se aventó del edificio, en Londres.
La joven Rosimeiri Boxall, de nacionalidad brasileña, no pudo soportar los insultos de las inglesas Kemi Ajose y Hatice Can y se aventó del edificio. Previamente, ambas adolescentes golpearon a Boxall en un campeonato.
El incidente lo grabó la cámara de un vecino y se reprodujo ante el tribunal, que pudo ver cómo las dos procesadas golpeaban a la víctima, le tiran de los pelos y le rocían la cara con un tarro de laca.
En los próximos días, el juez dará a conocer la pena exacta que les impone, recoge el portal El Mundo.
Lo más llamativo del caso es el comunicado que han leído al final del juicio los padres de Rosimeiri.
Simon y Rachel Boxall, él pastor anglicano y ella misionera seglar, pidieron perdonar a las asesinas de su hija por lo ocurrido y dicen que rezan por ellas y por su conversión.
Rosimeiri no era su hija biológica. La encontraron abandonada en un orfanato brasileño. La había dejado allí una mujer alcohólica. Tenía tres años. La adoptaron y se la trajeron al Reino Unido hace cuatro años. A la niña le fue difícil adaptarse al país y al ritmo de las clases.
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