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por Redacción RPP
·Rogelio Cannady (37) quien había sido condenado a cadena perpetua por asesinar a dos adolescentes hispanos, recibió inyecciones con sustancias letales en ambos brazos.
Un hombre que mató al compañero de la celda que ocupaba tras ser condenado a cadena perpetua por el asesinato de dos adolescentes hispanos fue ejecutado hoy en Texas, informó un portavoz del penal de Huntsville.
La ejecución de Rogelio Cannady, también de origen hispano, se llevó a cabo después de que el Tribunal Supremo y una corte de apelaciones decidieran no intervenir en el caso.
La muerte de Cannady fue constatada cinco minutos después de que se completara la dosis de sustancias letales que le fue inyectada en ambos brazos, indicó el portavoz.
Antes de morir Cannady formuló una larga declaración en la que se despidió de todos sus familiares y les reiteró su amor.
"Que Dios tenga piedad de mi alma. Pensé que esto iba a ser más difícil. Estoy listo para partir. Ahora voy a dormir", dijo Cannady, según el relato del portavoz.
Para su última cena el convicto pidió enchiladas de queso y carne, pico de gallo, dos hamburguesas con papas fritas y dos patas de pollo.
Al solicitar que se postergara la ejecución, los abogados de Cannady, de 37 años, argumentaron que la confesión por el asesinato de los adolescentes hispanos cometido en 1990 había sido conseguida bajo presión y que, por lo tanto, su cliente nunca debió haber estado en la prisión, donde cometió el último homicidio.
Cannady fue condenado a dos cadenas perpetuas tras declararse culpable del asesinato de Ricardo García, de 16 años, y de Ana Robles, de 13, dos adolescentes que habían huido de un centro de acogida para menores.
Según indicaron fuentes judiciales, durante el juicio Cannady aseguró que su confesión había sido libre y que estaba plenamente consciente de cuáles serían sus consecuencias.
Posteriormente, Cannady admitió haber dado muerte en 1993 a su compañero de celda Leovigildo Bonal, quien, afirmó, le había hecho insinuaciones sexuales. Por ese homicidio se le condenó a la pena de muerte.
Los guardias de la cárcel encontraron el cadáver de Bonal cubierto de sangre y sus manos atadas con un cinturón.
"Cualquiera hubiese hecho lo mismo", señaló.
Bonal cumplía una condena a 15 años de cárcel por homicidio.
EFE
La ejecución de Rogelio Cannady, también de origen hispano, se llevó a cabo después de que el Tribunal Supremo y una corte de apelaciones decidieran no intervenir en el caso.
La muerte de Cannady fue constatada cinco minutos después de que se completara la dosis de sustancias letales que le fue inyectada en ambos brazos, indicó el portavoz.
Antes de morir Cannady formuló una larga declaración en la que se despidió de todos sus familiares y les reiteró su amor.
"Que Dios tenga piedad de mi alma. Pensé que esto iba a ser más difícil. Estoy listo para partir. Ahora voy a dormir", dijo Cannady, según el relato del portavoz.
Para su última cena el convicto pidió enchiladas de queso y carne, pico de gallo, dos hamburguesas con papas fritas y dos patas de pollo.
Al solicitar que se postergara la ejecución, los abogados de Cannady, de 37 años, argumentaron que la confesión por el asesinato de los adolescentes hispanos cometido en 1990 había sido conseguida bajo presión y que, por lo tanto, su cliente nunca debió haber estado en la prisión, donde cometió el último homicidio.
Cannady fue condenado a dos cadenas perpetuas tras declararse culpable del asesinato de Ricardo García, de 16 años, y de Ana Robles, de 13, dos adolescentes que habían huido de un centro de acogida para menores.
Según indicaron fuentes judiciales, durante el juicio Cannady aseguró que su confesión había sido libre y que estaba plenamente consciente de cuáles serían sus consecuencias.
Posteriormente, Cannady admitió haber dado muerte en 1993 a su compañero de celda Leovigildo Bonal, quien, afirmó, le había hecho insinuaciones sexuales. Por ese homicidio se le condenó a la pena de muerte.
Los guardias de la cárcel encontraron el cadáver de Bonal cubierto de sangre y sus manos atadas con un cinturón.
"Cualquiera hubiese hecho lo mismo", señaló.
Bonal cumplía una condena a 15 años de cárcel por homicidio.
EFE
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