Los acusados admitieron ante la jueza Miriam Durán haber violado a la niña y lo justificaron con el argumento de que padecían problemas mentales.
Los abusos sucedían en la ciudad oriental de Santa Cruz de la Sierra, donde, según la fiscal Margoth Vargas, los dos jóvenes ultrajaban casi a diario a la pequeña en la casa de la madre de la niña, mientras ésta estaba fuera trabajando.
Los acusados admitieron ante la jueza Miriam Durán haber violado a la niña y lo justificaron con el argumento de que padecían problemas mentales.
El suceso se descubrió el pasado domingo cuando algunos vecinos de la zona donde la niña vivía con sus tíos y su madre oyeron los gritos de la menor, por lo que decidieron entrar en la casa y encontraron a la menor en el suelo desangrándose.
Los vecinos rescataron a la niña y consiguieron atrapar a uno de los presuntos autores de los abusos sexuales, que fue trasladado a una comisaría donde confesó que había abusado de la niña y acusó a su hermano de hacerlo también.
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia y la Unidad de Víctimas Especiales se hicieron cargo de la niña y constataron que, además de los abusos sexuales, la menor tenía cicatrices de flagelaciones y una enfermedad en la piel que podría ser causada por la falta de higiene.
La madre aseguró que emigró junto a su hija y sus hermanos de la ciudad sureña de Sucre a Santa Cruz para trabajar y explicó que dejaba a la niña al cuidado de los jóvenes. EFE
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