Al no ser reclamados por sus parientes, los cuerpos de las personas víctimas de una masacre en mayo pasado en el estado de Guerrero fueron inhumados por las autoridades.
El 29 de mayo en la mina de San Francisco de Cuadra, municipio de Taxco, al norte del estado, fueron encontrados 55 cuerpos que fueron arrojados al respiradero presuntamente por integrantes del crimen organizado.
El coordinador del Servicio Médico Forense (Semefo) en Chilpancingo, Cristian Cruz, dijo a Efe que de los 55 cuerpos hallados en la narcofosa de Taxco, 42 fueron inhumados hoy, 7 fueron identificados y el resto "se entregaron en Taxco" a sus allegados.
Entre los identificados estaba el cadáver del director del penal de Iguala, Daniel Bravo.
Cruz reveló que se presentaron familias procedentes de varias partes de Guerrero, Michoacán y el Estado de México para tratar de identificar los cuerpos.
"Fue imposible identificarlos por señas particulares o vestimenta y se optó por estudios de genética, que hicieron los servicios periciales de la Procuraduría del estado".
Los cuerpos fueron lanzados hoy en una fosa del panteón de Chilpancingo. Sin bolsas que los cubrieran, fueron acomodados uno encima de otro en dos hoyos de 5 metros de profundidad.
En el lugar se pudo observar que algunos cuerpos se encontraban momificados debido a "los minerales de la mina, que ayudaron a conservarlos enteros", señaló Cristian Cruz.
Durante los últimos tres meses, trabajadores del Semefo de Chilpancingo se han quejado del nauseabundo olor que emanaban las osamentas, por lo que después de ese tiempo las autoridades de Guerrero accedieron a enviar a la fosa a los que no fueron reclamados.
EFE
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