Con palmas de olivo, los participantes seguirán los pasos de Jesús a su llegada a Jerusalén hace dos milenios: desde la iglesia de Betfagé hasta el templo de Santa Ana.
Con palmas y ramas de olivo, los participantes en Jerusalén seguirán los pasos de Jesús a su llegada a la ciudad hace dos milenios: desde la iglesia de Betfagé, una aldea palestina en la ladera noreste del monte de los Olivos, hasta el templo de Santa Ana, dentro de la antigua ciudadela amurallada.
En la iglesia franciscana de Betfagé se conserva la piedra que utilizó Jesús para subirse al borrico con el que entró en la ciudad, días antes de su crucifixión en el Gólgota, donde hoy se levanta la Basílica del Santo Sepulcro.
La marcha comenzará en torno a las 14:30 hora local (11:30 GMT), con la participación de la población cristiana palestina, peregrinos y miembros de la comunidad eclesiástica.
La procesión, que recorre unos cuatro kilómetros, será bendecida por el Patriarca Latino de Jerusalén, Fuad Twal, y dirigida por monjes de la Custodia de Tierra Santa, de la orden de San Francisco de Asís.
El día ha amanecido bastante despejado y los servicios meteorológicos prevén una tarde con temperaturas primaverales y cielos parcialmente nubosos.
El vicecustodio de Tierra Santa, el franciscano Artemio Vítores, calcula que en estas fecha llegarán unos 40.000 peregrinos católicos y un número importante de fieles de otras ramas del cristianismo.
La Semana Santa coincide con los festejos del Pésaj, la pascua de la comunidad judía, que en esta festividad celebra la liberación de la esclavitud en el Egipto faraónico, hace 2.500 años, y la llegada de la primavera.
Las autoridades militares han clausurado todos los accesos a Jerusalén desde el territorio palestino ocupado de Cisjordania (donde se encuentra la ciudad de Belén), salvo para casos humanitarios y para 1.800 trabajadores religiosos, estudiantes y profesores. EFE
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