La población ni puede beber directamente el agua debido a la contaminación. "El Ministerio de Salud reitera a la población que el agua no es apta para su consumo", sostuvo un alto funcionario.
Después de los peores aguaceros caídos en 200 años sobre Panamá, cerca de un millón de habitantes de la capital padecen un mes después de las inundaciones un racionamiento del agua y, por primera vez en varias décadas, no pueden beberla directamente por la contaminación.
La complicada situación no tiene visos de solución a corto plazo, según explicó hoy a periodistas el ministro panameño de Salud, Franklin Vergara, luego de informar que el último análisis de las 56 tomas de agua de la principal potabilizadora de la capital descarta la presencia de bacterias.
No obstante, "por los altos niveles de turbiedad que aún refleja la potabilizadora, el Ministerio de Salud reitera a la población que el agua no es apta para su consumo", sostuvo el alto funcionario.
El director de Plantas Potabilizadoras, Rodrigo Barragán, citado por el diario local La Prensa, dijo que la viscosidad llegó a alcanzar el 3.500 por ciento por encima de lo permitido, pero actualmente ha bajado a 174 unidades nefelométricas (NTU), la unidad de medida de la turbiedad, por lo que aún no es apta para consumo directo, que exige que no sea de más de 10 NTU. El agua se ofrecía con 0,5 NTU en la capital.
-EFE-
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