Los ciudadanos españoles, que realizaban un curso en Francia, comparecieron por más de cinco horas en una comisaría de París. Al final, demostraron que no eran terroristas.
"A priori, no se trata de gente de ETA, sino de bomberos catalanes que realizan un curso en Francia y actualmente son interrogados en una comisaría de Melun (región parisina), donde se presentaron voluntariamente", dijo el director general de la policía, Frédéric Péchenard.
El problema inició cuando un policía francés vio en un hipermercado parisino a un grupo de personas que hablaba español, minutos después de un tiroteo en el que murió un oficial galo.
Este testimonio llevó a los investigadores a revisar las imágenes de vigilancia del supermercado. Los policías franceses implicados en el tiroteo creyeron reconocer en las imágenes a los protagonistas del crimen. Al final, se descartó que los bomberos catalanes sean culpables.
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