El presidente de los Estados Unidos planteará este lunes su esquema de lucha contra estas sustancias.
Donald Trump presentará este lunes en New Hampshire, Estados Unidos, su plan de lucha contra las drogas. El presidente está dispuesto a acabar con la adicción de miles de ciudadanos usando a pena de muerte contra algunos traficantes.
Sin embargo, el anuncio del mandatario podría quedarse en solo una exhibición política, pues su implementación, su alcance y su eficacia son objeto de muchas dudas. Una verdadera crisis de salud pública en Estados Unidos, la dependencia a los opiáceos fue colocada en un lugar prioritario por el presidente republicano, que prometió luchar contra esta problemática.
En 2016, Estados Unidos registró unas 64 mil muertes por sobredosis, la mayoría de ellas relacionadas con opiáceos. Esta categoría de estupefacientes incluye a los analgésicos bajo prescripción médica como el oxycontin y el fentanilo, así como la heroína que a menudo es mezclada con sustancias sintéticas.
"El Departamento de Justicia solicitará la pena de muerte contra los traficantes de droga siempre que sea posible y según las leyes existentes", dijo la Casa Blanca al presentar las líneas del plan antes del discurso presidencial.
Datos de adicción
Según un informe de la ONG Harm Reduction International, Estados Unidos forma parte de la treintena de países en el mundo donde la ley establece la pena de muerte para ciertos delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Pero solo siete de ellos, incluidos China, Irán, Arabia Saudita, Singapur e Indonesia, recurren a esta con frecuencia.
El plan de la Casa Blanca también planea "reducir la demanda" de drogas a través de la educación y de la lucha contra la prescripción excesiva. También hace hincapié en la necesidad de "ayudar a quienes luchan contra la adicción". (AFP).
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