Buscar

Estados Unidos anuncia la muerte de tres hombres en un nuevo ataque en el mar Caribe

Desde principios de septiembre, Estados Unidos lleva a cabo ataques aéreos tanto en el Caribe como en el Pacífico contra embarcaciones que presenta como pertenecientes a narcotraficantes rumbo a su territorio.
Desde principios de septiembre, Estados Unidos lleva a cabo ataques aéreos tanto en el Caribe como en el Pacífico contra embarcaciones que presenta como pertenecientes a narcotraficantes rumbo a su territorio. | Fuente: @SecWar en X

El Ejército estadounidense realizó un nuevo ataque en el mar Caribe contra una embarcación que, según Washington, estaba vinculada al narcotráfico, y que dejó tres tripulantes muertos, de acuerdo con el secretario de Defensa, Pete Hegseth. La administración Trump presenta estas operaciones como parte de su estrategia para combatir el narcotráfico en América Latina y el Caribe, pero expertos y organismos internacionales cuestionan la legalidad de los bombardeos en aguas internacionales.

Un nuevo ataque en el mar Caribe. El ejército estadounidense llevó a cabo una operación contra una embarcación sospechosa de ser utilizada por narcotraficantes, en la que murieron sus tres tripulantes, según anunció el secretario de Defensa, Pete Hegseth.

Estados Unidos no precisó las nacionalidades de los asesinados.

“Este barco, como los anteriores, era conocido por nuestros servicios de inteligencia por estar involucrado en el tráfico ilícito de estupefacientes; navegaba por una ruta identificada con ese tipo de operaciones y transportaba drogas”, escribió Hegseth en X.

“En el momento del ataque, tres narcoterroristas de sexo masculino se encontraban a bordo. La operación se realizó en aguas internacionales. Los tres murieron y ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido”, añadió el secretario.

Como ha ocurrido desde el inicio de esta campaña de ejecuciones, las autoridades de Estados Unidos no revelaron la identidad de las víctimas ni el contenido de la lancha. 

Desde principios de septiembre, Estados Unidos lleva a cabo ataques aéreos tanto en el Caribe como en el Pacífico contra embarcaciones que presenta como pertenecientes a narcotraficantes rumbo a su territorio.

Antes de la ofensiva de este sábado, la administración Trump había reivindicado 15 operaciones similares en las últimas semanas, que según sus propias cifras dejaron 62 muertos, sin aportar pruebas que vinculen a las personas ejecutadas con el narcotráfico.

Expertos y organismos internacionales cuestionan la legalidad de estos ataques en aguas extranjeras o internacionales, dirigidos contra sospechosos que no fueron interceptados ni interrogados.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó el viernes a Estados Unidos a suspender estas operaciones y a garantizar investigaciones “rápidas, independientes y transparentes”.

Una política de fuerza hacia América Latina

El presidente estadounidense justifica su despliegue militar en la región bajo el argumento de una “guerra contra bandas terroristas”, y ha estacionado allí un amplio dispositivo naval.

Donald Trump acusa además al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de formar parte de un “cuartel del narcotráfico” y, de manera inusual, confirmó públicamente lo que suele mantenerse en secreto: la presencia de agentes de la CIA en Venezuela. Maduro niega las acusaciones y denuncia intentos de desestabilización y de derrocamiento por parte de Washington.

El presidente de Estados Unidos también endureció recientemente su discurso sobre Colombia y el presidente Gustavo Petro en el marco de la lucha antidrogas. Calificó a Petro como “un líder del narcotráfico” y anunció el fin de la ayuda financiera estadounidense a Bogotá; días después, su administración impuso sanciones al mandatario colombiano, mediante el Departamento del Tesoro, por supuestos vínculos con el narcotráfico. El presidente colombiano rechazó las acusaciones y anticipó acciones legales.

Para algunos analistas, la estrategia de Trump hacia América Latina carece de coherencia. Por ejemplo, Michael Shifter, profesor en la Universidad de Georgetown y especialista en política regional, declaró al diario francés Le Monde: “No creo que exista una estrategia clara para América Latina. Lo que vemos es una serie de acciones y decisiones típicas del estilo de Trump en política exterior: amenazar y castigar a ciertos países. Muestra el músculo estadounidense, pero estamos lejos de la estrategia de los ochenta, durante la Guerra Fría, cuando se trataba de contener el comunismo y la influencia soviética”.

Aun así, las decisiones del presidente hacia América Latina hacen temer un retorno a viejas prácticas de injerencia: se prioriza el despliegue militar, la amenaza de sanciones y la retórica punitiva, mientras se reducen los instrumentos civiles de cooperación, como ocurrió con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

El recorte y desmantelamiento de la ayuda exterior canalizada por USAID, incluido un recorte del 92% y pasos administrativos para cerrar programas, pone en riesgo en la región iniciativas de salud pública, gobernanza y conservación ambiental, con efectos especialmente sensibles en Colombia.

Esa agencia había sido una de las principales herramientas de influencia de Washington: financiaba programas de conservación en la Amazonía y fomentaba cultivos alternativos como el café y el cacao, para reducir la producción de coca.

Tras endurecer su política migratoria y de seguridad, Trump firmó el 20 de enero de 2025 una orden ejecutiva que abrió la puerta a designar cárteles como organizaciones terroristas; en agosto se reportaron directrices para emplear fuerzas militares contra estos grupos, aunque la designación por sí sola no autoriza automáticamente el uso de la fuerza.

Desde entonces, las tensiones con varios gobiernos latinoamericanos se han intensificado. En septiembre, una operación estadounidense contra supuestas “narcolanchas” en el Caribe derivó en la destrucción de una embarcación y en la muerte de un pescador colombiano, según denunció Bogotá, lo que desató un fuerte cruce diplomático por presunta violación de soberanía; Washington defendió que actuaba contra el narcotráfico.

El pulso escaló con el anuncio de Donald Trump de poner fin a la ayuda financiera a Colombia; Bogotá llamó a consultas a su embajador; en paralelo, ambos países dijeron buscar “mejorar” la coordinación antidrogas en reuniones posteriores. 

La contradicción estadounidense

Al ser cuestionado sobre por qué no utiliza a la Guardia Costera para interceptar las embarcaciones sospechosas, Trump ha reiterado que este método, aplicado durante décadas, resultó ineficaz. Según su versión, los ataques preventivos permiten salvar miles de vidas estadounidenses, ya que los barcos destruidos evitarían la entrada de grandes cantidades de fentanilo al país.

Sin embargo, los datos disponibles desmienten ese argumento. El fentanilo, principal causa de muertes por sobredosis en Estados Unidos, apenas llega por vía marítima: se fabrica en laboratorios clandestinos y se introduce principalmente por tierra desde México.

Además, la administración no ha presentado ninguna evidencia pública ni ante el Congreso sobre el contenido de las embarcaciones atacadas ni sobre la identidad de sus tripulantes.

Para algunos analistas, estas operaciones en América Latina contradicen una de las promesas fundacionales del movimiento MAGA (Make America Great Again) creado por Trump: poner fin a las intervenciones militares en el extranjero y a las injerencias en los asuntos internos de otros países. 

Te recomendamos

El Club de la Green Card

Redadas migratorias 2025: Trump lanza megaoperativo en ciudades latinas clave

Trump inicia el mayor programa de deportaciones en EE.UU. con redadas en Los Ángeles, Chicago y Nueva York. Si eres inmigrante o tienes familia en estas ciudades, esto te interesa. Te explicamos qué pasa y qué puedes hacer para protegerte.

El Club de la Green Card
El Club de la Green Card
00:00 · 00:00

Video recomendado

Tags

Lo más leído

Contenido Sugerido

SIGUIENTE NOTA