Todavía no se ha podido establecer el número de fallecidos, que podrían ser 43 ó 44.
Los cuerpos de cuatro de las víctimas mortales del accidente de autobús ocurrido ayer en Puisseguin, al suroeste de Francia, fueron extraídos hoy por los investigadores, que han señalado que la identificación puede prolongarse varias semanas. Los cadáveres fueron trasladados esta mañana al instituto anatómico de Burdeos.
El coronel de la Gendarmería Patrick Touron, director adjunto del Instituto de Investigación Criminal, explicó al canal de televisión "France 2" algunos de los pasos para la identificación, como la toma de muestras de ADN dado el estado de muchos cadáveres, deteriorados por el fuego.
Todavía no se ha podido establecer el número de fallecidos, que podrían ser 43 ó 44.
Los fallecidos en el autocar serían 41 ó 42, a los que hay que añadir el camionero Cyril Aleixandre, de 31 años, y su hijo, de 3, que viajaba en la cabina y sobre cuyos restos no hay dudas.
De los ocho supervivientes -entre los que está el conductor del autobús- cuatro siguen hospitalizados en Burdeos y Libourne, aunque no se teme por la vida de ninguna de ellos, precisó la prefectura (delegación del Gobierno).
Tanto el chófer del autobús como tres de los supervivientes ya fueron interrogados y, al menos, el primero debería serlo de nuevo en las próximas horas.
A priori parece claro que el camión -que volvía con su caja de troncos de vacío- ocupaba el carril izquierdo de la carretera departamental D17, en un tramo que atravesaba una zona boscosa.
El autobús se lo topó de frente al salir de una curva cerrada y rápidamente tras el choque -se baraja un reventón de algún depósito de carburante- el autocar se incendió.
Sólo unos pocos de los pasajeros tuvieron tiempo de salir, pese a que el conductor tuvo el reflejo de abrir las puertas.
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