"Si para alguien normal esto es muy difícil, en nuestro caso ha sido un milagro", relata uno de los hermanos.
Dos hermanos sirios con distrofia muscular consiguieron escapar del Estado Islámico y llegar hasta Grecia en un viaje cargado de obstáculos.
Difícil travesía. Alan y Gyan están refugiados en un campamento al norte de Atenas. Están lejos del peligro de la guerra pero viven en condiciones deplorables en Grecia. "Si para alguien normal esto es muy difícil, en nuestro caso ha sido un milagro", dice Alan Mohammed sobre el viaje que emprendieron durante dos años.
Retos. Amnistía Internacional publicó un video basado en imágenes tomadas por los familiares y que relata las dificultades que tuvieron que emprender estos hermanos. Alan y Gyan huyeron de la ciudad siria Al Hasakah en dirección a Turquía, pero no lograron cruzar la frontera. El viaje se hizo más largo pues tuvieron que llegar a Turquía desde Irak y montados cada uno a un caballo con correas para evitar caerse.
Relato. La familia llegó finalmente a la isla griega de Quíos, a bordo de una embarcación abarrotada de refugiados, como se ve en el video. Desde hace casi seis meses, este par de hermanos viven con su madre en el campamento de refugiados de Ritsona. La madre de Alany Gyan, Amsha, relata las difíciles condiciones que tiene que afrontar a diario, pues sus hijos son completamente dependientes. "No pueden coger un vaso de agua, tampoco pueden secarse solos las lágrimas", cuenta.
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