Crónica | Historias detrás del salvataje a PPK

(Escribe: Sandro Mairata). Luciana León, con la mirada vidriosa y en el mejor intento de conservar la compostura, no podía esconder ante cámaras su nerviosismo. Acababa de votar en contra de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y, de algún modo, encontró la entereza para decir de modo elegante que algunos compañeros del APRA “le habían expresado su malestar”. Lo cierto es que Mauricio Mulder, cancerbero de los designios del partido, anunció apenas acabada la votación un proceso disciplinario para ella y para Jorge Del Castillo, quien también votó en contra. Las formas de comunicarles la decisión no habían sido amables.

La noche del jueves 21, momentos antes de la votación final que salvó a Kuczynski, las cifras de conteo de votos subían y bajaban a cada minuto. Una batalla aparte se daba en redes sociales: en Twitter los congresistas se golpeaban con fuerza, fuera de micrófonos, y los ejércitos virtuales a favor y en contra de la vacancia se arrojaban kilobytes de argumentaciones, insultos y hashtags. Rosa María Palacios mantenía a sus seguidores en vilo con el conteo que hacía de los posibles votos por bancada. Al interior de éstas, si bien se encontraba espacio para las reuniones privadas, las coordinaciones vía chats tenían a las aplicaciones WhatsApp y Telegram echando humo. “Es una de las primeras decisiones de vacancia digitalizadas”, admitió Marisol Espinoza. “La mayor preocupación que teníamos desde la bancada de Alianza Por el Progreso (APP) era ‘¿en manos de quién íbamos a poner el país?’. Creemos que la forma cómo se ha conducido este proceso no ha sido un proceso impecable, no ha sido un proceso que respetara los derechos… se reviste de legalidad, pero eso no implica que sea legal, y creo que esto es una gran lección para corregir”.

Volviendo a Mulder, éste puso en tela de juicio la ausencia por salud de Edwin Donayre, congresista de APP. “Ayer con Nancy Lange muy feliz. Hoy está enfermito y justo no podrá votar contra PPK como lo anunció”, tuiteó. El equipo de Donayre había explicado que éste se hallaba con un “cuadro de hipoglicemia y deshidratación a punto de un coma diabético”, pero luego del tuit de Mulder y “Debido a las especulaciones de la prensa @rmapalacios”, el despacho usó de nuevo la red social para reafirmar “que el señor Congresista Donayre se encuentra muy delicado de salud. Exigimos respeto para él y su familia”.

La recta final

Momentos antes de la votación, una fuente al interior del Frente Amplio confirmó que la bancada votaría en bloque a favor de vacar a PPK. No había marcha atrás. Días antes, los asesores de todos los integrantes del grupo del Marco Arana habían organizado un corto motín. En una reunión de los congresistas, varios expresaron que votar por la vacancia no era el camino, que el mellado capital político del ex sacerdote estaba en juego. “La respuesta que nos dio era que cambiar de decisión se iba a interpretar ante la opinión pública como muestra de incoherencia y debilidad”.

Desde el inicio del inacabable desfile de oradores, arrancaba además la recta final de un drama naranja. La información de que Kenji Fujimori tenía 9 congresistas en su bolo para partir la bancada de Fuerza Popular llegó al poderoso núcleo keikista primero como rumor y empezó a recalentar los celulares entre una y otra intervención al mediodía. Pero cuando Kenji, negado de intervenir en el Pleno por su propia bancada, se atrevió a colgar un video en YouTube a las 4 p.m. grabado de forma clandestina en el propio Congreso y reiterando su apoyo a Kuczynski, la “mototaxi” entró en pánico. Con toda la soltura de quien lideraba un partido político aparte, Kenji no hablaba a nombre propio, sino a nombre de un grupo –y la mototaxi sabía quiénes lo integraban.

Presiones y tensiones

A las 10 p.m., prominentes fujimoristas como Carlos Tubino salían a los pasillos y hablaban en voz alta en sus celular. Una fuente de Fuerza Popular confirmó que circulaba el rumor de que Alberto Fujimori mismo había llamado a varios parlamentarios insatisfechos de su agrupación para convencerles de apoyar al Benjamín. Eso había hecho estallar a Keiko, quien desplegó a congresistas como Tubino, Luz Salgado Héctor Becerril y Miguel Torres para que, en persona o por chats privados, recuperaran a los rebeldes. La noticia de que el esposo de Rosa Bartra, Luis Alfredo Rebaza, había sido sancionado por el Organismo de Contrataciones del Estado (OSCE) por presentar documentación falsa para ganar un contrato con el Estado, la tuvo distraída y fue un anticipo de lo mal que iría la noche.

No había ni un voto que perder. La cúpula de Fuerza Popular ordenó traer incluso a los congresistas que habían pedido licencia médica, como Segundo Tapia y Maritza García. Tapia estaba preparándose para una intervención quirúrgica. García fue despojada hace poco de su título de abogada y de sus grados de bachiller y magíster por la Universidad de Piura al haber presentado un certificado de estudios escolares falsificado. Se le recuerda además por haber dicho que “la mujer da la oportunidad al varón para que éste cometa feminicidio”.

Guido Lombardi y Alberto de Belaúnde se movían de dupla por dentro y fuera del hemiciclo y mantenían línea directa con el presidente y con la segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz, a quien se le vio varias veces entrar y salir del Hemiciclo, y que llegó apurada para presenciar la votación. Por una vez, Gilbert Violeta, usó su liderazgo para apoyar en bloque a los esfuerzos de Lombardi y De Belaúnde por recabar más votos. Y puso a un lado sus públicas diferencias con el primero.

En Acción Popular reinaba el caos. En semanas recientes, las bases juveniles han venido marcando distancia de las acciones de “la guardia vieja”, y la distancias entre el secretario general Edmundo del Águila y Víctor Andrés García Belaúnde, su parlamentario más mediático, se acrecentaron desde las acciones de este último, que lo acercaron al fujimorismo en un extraño bolo. Arana, Becerril y García Belaúnde unidos. “Lescano ha decidido mantenerse al margen”, dijo una fuente de AP. Ante este panorama lesivo para la imagen del partido, “la decisión ha sido optar por el voto de conciencia”.

Si bien para el gran público las expresiones de xenofobia antichilena de Yeni Vilcatoma y su alusión a Condorito, así como la  intervención de Alberto Borea en defensa del presidente, quedarán entre lo más memorable, la abstención de votar hecha en bloque por Nuevo Perú no debe dejarse de lado. Fue una medida calculada y que puede interpretarse como principista u oportunista según a quién se le pregunte. “Nosotros como bancada de Nuevo Perú hemos tenido varios días de analizar el contexto”, dijo Tania Pariona. “Y hemos concluido que no es pues una coyuntura simple, ni tampoco es un problema de condición circunstancial. Tiene que ver con un régimen que está caducando, que se está rebasando”.

Conocidos los resultados, comenzó la histeria dentro del fujimorismo y del Apra. “El Gobierno ha hecho su trabajo para voltear a varios parlamentarios, haciendo promesas. En el caso de los fujimoristas, les ha prometido que iban a liberar a Alberto Fujimori y por eso ellos han votado en abstención”, dijo Mulder a RPP. En redes, las cuentas oficiales fujimoristas tuvieron que admitir la derrota y algunos seguidores enfilando baterías contra diversos culpables: Odebrecht, los caviares, el Gobierno. Algunos más radicales, listaron a los 10 fujimoristas que votaron en contra como “Los 10 PERROS traidores del Fujimorismo” (sic).

Entre los nombres condenados por las bases virtuales estaba el célebre Bienvenido Ramírez. Ramírez esperó escondido hasta los últimos instantes, cuando la prensa y sus colegas ya se habían retirado, para emprender más que una retirada del Congreso, una huida.

Quizás alguien le había mostrado el tuit.