Este jueves se elige al presidente y los vicepresidentes del Parlamento para el periodo 2018-2019. El titular saliente, Luis Galarreta, asegura que se va “orgulloso” pese al alto nivel de desaprobación ciudadana.
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Este jueves se elige a una nueva Mesa Directiva de nuestro Parlamento. Lo natural de toda campaña electoral es la exacerbación de las diferencias entre adversarios, lo que con demasiada frecuencia lleva a que las objeciones a personas reemplacen el debate sobre ideas, propuestas y valores. El Perú necesita un Congreso capaz de convergencias con el Poder Ejecutivo para garantizar las dos prioridades de la vida pública: el saneamiento de nuestra institucionalidad y la dinamización de nuestra economía.
Todos sabemos que esos dos objetivos comienzan con una reforma de la administración de justicia. ¿Qué nos proponen las dos listas que se someterán este mañana al voto de la sesión plenaria del Congreso? No lo sabemos bien. Si es elegida la lista de Daniel Salaverry, primará la continuidad de Juntas Directivas controladas por Fuerza Popular; si gana la de Víctor Andrés García Belaunde, la agenda parlamentaria será establecida por las otras seis bancadas.
En estas circunstancias, Luis Galarreta concedió una larga entrevista a RPP en la que hizo un balance muy positivo de su gestión como titular del Congreso y evidenció dificultades para ejercer una autocrítica. Estoy orgulloso de contar con 12 u 8% de aprobación ciudadana, porque con todas las críticas de la prensa, me esperaba tener -88%, dijo Galarreta, pareciendo desconocer que 88% es casi la cifra de la desaprobación a la institución que ha presidido.
¿La prensa fabrica la opinión de los ciudadanos o transmite informaciones que de otra manera serían desconocidas? Galarreta se despidió de sus funciones, además, retomando las críticas a la prensa “mermelera”, aunque abrió la posibilidad de que la próxima legislatura modifique la llamada “Ley Mulder”.
Audios y verdades supremas
Continúa la difusión de audios en los que el juez Hinostroza y sus amigos se intercambian favores y actúan para conquistar poder en el Estado, en particular con el nombramiento del fiscal Pedro Chávarry. El presidente Martín Vizcarra y dos de sus actuales ministros han desmentido toda relación con los protagonistas grabados, mientras que el periodista Gustavo Gorriti, director de IDL Reporteros, anuncia una demanda penal contra el ex congresista aprista César Zumaeta.
Para cambiar la vida de las sociedades no hay verdades supremas, solo aproximaciones a modelos que hagan compatibles los intereses de todos a partir de los valores que más consenso garanticen. Quizás llegaron a pensar en eso cuando se hallaban en el cadalso los seis miembros de la secta Verdad Suprema, que fueron ejecutados este miércoles, 23 años después de haber perpetrado ataques con gas sarín en el metro de Tokio.
Para otros, la verdad suprema parece limitarse al dinero, sobre todo si se roba del Estado, es decir, de los contribuyentes. ¿Cómo, si no, explicar el desfalco de 1,200 millones de dólares a la empresa estatal venezolana PDVSA? Felizmente que en ese caso contábamos con la severidad de la Fiscalía de Estados Unidos que ayer procedió a las primeras detenciones.
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