El ministro del Interior consideró que la sesión de la Comisión de Defensa ofreció “un espectáculo lamentable”. Congresistas del APRA y del fujimorismo parecían atribuir a la Policía el suicidio de Alan García.
La sesión de ayer de la Comisión de Defensa y Orden Interno no ha contribuido con el respeto al Orden Interno ni a la institución que lo garantiza: la Policía Nacional. Todo lo contrario. Habían sido citados varios de los suboficiales y oficiales que participaron en la diligencia fiscal que culminó con el suicidio del ex presidente Alan García. En primer lugar, la sesión fue presidida por el congresista Jorge del Castillo, pese a que se le había solicitado que se inhibiera para evitar el sesgo que inevitablemente produce su pertenencia al APRA. Del Castillo respondió con ironía diciendo que en ese caso “hubiera tenido que asumir la presidencia el congresista Carlos Tubino”.
Jorge del Castillo asegura que mantuvo la serenidad y las buenas maneras y ha exhortado a los medios de comunicación a adoptar una posición ecuánime. Lo real es que la sesión tuvo momentos de fricción incompatibles con las relaciones que los políticos deben mantener con la Policía. Puesto que lamentamos el trato arrogante y despectivo que algunos ciudadanos dispensan a la Policía, hubiéramos podido esperar que los congresistas hicieran un esfuerzo para honrar una institución que está en la primera línea de la lucha contra la criminalidad, el terrorismo y la corrupción.
Sin embargo, el fin abrupto de la sesión, la expulsión de uno de los oficiales invitados y las insinuaciones de complicidad con el terrorismo evidenciaron intemperancia y maniqueísmo. ¿Puede alguien razonable culpar a la policía por el suicidio de Alan García? ¿Fue atinado preguntar si los policías almorzaron en el comedor de la casa del ex presidente? ¿Es responsable preguntar por la identidad de un apodo, que como se sabe, es un recurso para preservar la integridad de funcionarios cuyo trabajo requiere el anonimato? El clima llegó a estar tan caldeado que Luz Salgado creyó oportuno decir lo siguiente: “Tranquilo, aquí no se trata de que los vamos a masacrar”.
Sesióna accidentada
Las preguntas de Rosa Bartra, Luz Salgado, Carlos Tubino y Marco Miyashiro pretendían ennegrecer el operativo fiscal y desacreditar a una Unidad Policial, la DIVIAC, que bajo la dirección de su jefe, el coronel Harvey Colchado, ha prestado servicios eminentes en la lucha contra la criminalidad. Colchado relató que Ricardo Pinedo, ex secretario de Alan García, le dijo: “felón… y tú sabes porqué te lo digo”. El congresista Richard Arce quiso preguntar sobre el tema pero Del Castillo consideró la pregunta impertinente y optó por levantar la sesión.
Finalmente, ¿porqué una sesión semejante no fue reservada en vez de exponer a agentes policiales ante las cámaras? Y transmitir la impúdica sensación de estar manipulando la muerte de Alan García. Todo terminó con una conferencia de prensa del ministro del Interior que respaldó a los oficiales maltratados en el Congreso. Y sentenció: “Fue un espectáculo lamentable. ¿Qué culpa tiene la policía de intervenir delincuentes de cuello y corbata?”.
Crear jardines
Para sobreponernos a un mal momento, nada mejor que pensar en el Parque Cultural de 50 hectáreas que será construido en Pachacamac, junto al futuro Museo Nacional de Arqueología. Un jurado internacional de alto nivel ha escogido el mejor proyecto entre 116 postulantes. La idea es crear un parque con vegetación propia de los desiertos, adaptado a una zona arqueológica y útil a una población vecina que crece y se desarrolla.
El coordinador del concurso, el urbanista Gary Leggett estará hoy en Ampliación de Noticias para dar cuenta de lo que podría ser la primera gran obra conmemorativa del Bicentenario. Si las desgracias de los descendientes de Adán y Eva comenzaron con la expulsión del Jardín del Edén, nada nos prohíbe crear jardines que aviven nuestra aspiración a la belleza, la contemplación y la armonía.
Las cosas como son
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