Los desperdicios se concentran en la periferia de la ciudad.
Cerca de mil toneladas de basura están acumuladas en diversos puntos de la ciudad puneña de Juliaca luego de 20 días del cierre del botadero que estaba ubicado en el sector Chilla.
Compactadoras de la Municipalidad Provincial de San Román llevaron desechos y los enterraron en la salida a Arequipa, Puno y Cusco, los cuales se han convertido en las zonas más críticas.
Hoy el comité multisectorial se reunió con los pobladores de Chilla y participó como mediador un representante de la Defensoría de Pueblo. El gerente municipal, Ismael Rodríguez, solicitó un plazo hasta el 14 de febrero para recoger toda la basura y advirtió que no cederá ante presiones o chantajes de dirigentes en las negociaciones.
Los pobladores de Chilla perdieron toda la confianza en el alcalde Oswaldo Marín, porque se incumplió con algunas obras, entre ellas, la dotación de agua potable. Ahora se rehúsan a dar una nueva tregua para reabrir el botadero de basura.
Comparte esta noticia