Sólo en los últimos dos años los talibanes y otros grupos insurgentes han colocado artefactos explosivos en cerca de 400 de kilómetros cuadrados.
Al menos seis niños -todos menores de 10 años- murieron al explotar una mina mientras jugaban en una aldea en la provincia de Balkh, en el norte de Afganistán.
La explosión tuvo lugar a última hora de la tarde de ayer en una aldea del distrito de Dawlat Abad, afirmó el portavoz de la Policía de Balkh, Shirjan Duranai.
El portavoz policial culpó a los talibanes de la colocación de la mina. "Desafortunadamente los talibanes colocan minas en todos lados, como las carreteras de las aldeas o enfrente de los colegios, y causan víctimas entre civiles, mujeres y niños", explicó Duranai.
Ningún grupo insurgente se ha pronunciado todavía sobre la explosión.
En un incidente similar el pasado julio en la provincia norteña de Baghlan, cuatro niños de entre 10 y 15 años murieron por la explosión de un viejo proyectil de mortero con el que jugaban.
El pasado año, el número de niños muertos y heridos en el conflicto afgano se disparó un 24 % debido fundamentalmente a un incremento del 66 % en las víctimas por restos de explosivos de guerra, de las que la mayoría son menores, según datos de la misión de la ONU en Afganistán (Unama). (EFE)
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