Según la 15° Encuesta Global de Fraude realizada por EY, solo el 16% de los encuestados considera que es responsabilidad propia velar por la integridad de la empresa.
Para 8 de cada 10 empresarios peruanos, es común que los negocios contengan prácticas vinculadas a la corrupción y el soborno. Esto ubica al Perú en el quinto lugar de 55 países evaluados, según la investigación elaborada por Ernst & Young (EY). En la región, solo nos superan Brasil y Colombia.
Para Rafael Huaman, socio experto en fraude de EY, la normalización de estas prácticas es alarmante. “Si las empresas minimizan lo que ocurre en su entorno más próximo, los controles de fraude y corrupción también se van a flexibilizar”, afirma.
Un mecanismo de prevención desde el sector es la creación de un área de compliance. Ésta se encarga de identificar y clasificar riesgos operativos y legales. De hecho, el total del sector privado peruano encuestado considera que la implementación de esta área, sumado al cumplimiento de políticas de integridad, protege la reputación y retiene a los empleados.
Sin embargo, solo el 16% de los encuestados considera que es responsabilidad propia velar por la integridad de la empresa. Es decir, la mayoría de los trabajadores no se reconocen como responsables de prevenir la corrupción. La mitad cree que la administración es la encargada de dicha tarea.
Huamán destaca que las medidas tomadas en otros países en la lucha contra la corrupción y la implementación de áreas de compliance no han tenido los efectos esperados. “Desde 2012 hay más de 11 mil millones de dólares que han sido dispuestos como multa por instituciones y organismos que persiguen la corrupción y el fraude en Estados Unidos y el Reino Unido, pero la corrupción no ha bajado”, explica.
“Mientras que en Perú, recién estamos comenzando a ver algunos avances en áreas de compliance”, precisa Huaman. Por ello, dichas áreas a nivel mundial están siendo replanteadas y modernizadas.
Para estar a nivel de los estándares mundiales, Huaman propone que el área compliance se acerque a las áreas operativas, donde se encuentran los trabajadores a través del uso de la tecnología. “El uso de data analytics, inteligencia artificial, y data science permite asesorar a las personas en tiempo real y de manera personalizada”, indica el experto.
Además, es necesario comenzar a pensar en microclimas de rechazo a la corrupción dentro de las empresas. “La gente que entra sabe que está entrando a un lugar donde las decisiones se deben tomar de manera correcta, en donde la integridad se privilegia por encima de todo”. Esto debe ser impulsado desde el más alto nivel de la organización. Es labor de los líderes.
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