Cómo saber si es un buen momento para emprender

Un buen emprendedor no solamente se distingue por tener brillantes ideas de negocio; también debe ser capaz de analizar correctamente el entorno para decidir cuál es el momento adecuado para lanzarse a la piscina. Si el clima macroeconómico no es el propicio, incluso las iniciativas más interesantes corren riesgo de no lograr los objetivos deseados.

Antes de apostar por un emprendimiento, revisa estos indicadores clave:

Producto Bruto Interno (PBI)
La fórmula es Consumo + Inversiones + Gasto Público + Exportaciones - Importaciones. En términos simples, es la medida de la riqueza que genera un país. Respecto a este indicador, lo que más nos interesa es su variación, anual o incluso mensual. Si el PBI crece a buen ritmo y de manera sostenida (digamos, por encima de 5% anual, en el caso de las economías emergentes) quiere decir que el país está generando riqueza a buen ritmo, lo cual evidentemente es una buena señal, tanto para los consumidores como para las empresas, que seguramente estarán más dispuestas a invertir. Esto a su vez implicará, entre otras cosas, que demanden más bienes y servicios por parte de proveedores, y también tengan mayores demandas de personal.

Por el contrario, un crecimiento lento del PBI es evidencia de una economía con dificultades. Por debajo de cierto nivel, la creación de nueva riqueza no alcanzará siquiera para compensar las necesidades generadas por el aumento de la población. Si la economía se estanca, las empresas tenderán a ajustarse los cinturones para mantener sus márgenes, y los consumidores harán lo mismo para cuidar sus bolsillos. Si bien una economía con bajo crecimiento también ofrece oportunidades, el reto que presenta es mucho mayor que otra que vive tiempos de bonanza.

Tasa de desempleo
El indicador de desempleo mide que porcentaje de la población que está buscando trabajo no lo consigue. Se considera que una tasa aceptable es de alrededor de 4%. Por encima de ese nivel, es evidencia de problemas en la economía. Si una economía destruye más puestos de trabajo de los que genera, esto terminará pasándole factura a las empresas. Menos gente con trabajo es menos gente con potencial de consumir bienes y servicios.

Inflación
La inflación es un indicador de la variación de los precios. Este indicador es clave para un inversionista que desea conocer cuál será la rentabilidad real de un negocio. Si, por ejemplo, un negocio ofrece un rentabilidad de 10% anual, pero la inflación en el mismo periodo es de 8%, entonces la rentabilidad real es de solo 2%. Un negocio o inversión que ofrece una rentabilidad por debajo de la inflación en realidad tiene rentabilidad negativa. En términos reales, estarías perdiendo dinero.
La inflación también es un indicador que sirve para anticipar las tendencias de consumo. Una inflación alta trae como consecuencia una reducción del poder adquisitivo de las personas. No es un dato menor.

Tipo de cambio
En una economía altamente dolarizada, como la peruana, es un dato doblemente clave. Si el tipo de cambio está en alza, tus ventas son en soles y parte de tus costos están en dólares (por ejemplo, si tienes que importar insumos o mercadería del extranjero), tus ganancias se verán afectadas.

Índices de confianza
Estos indicadores –que sin duda tienen relación con los anteriores– muestran el grado de optimismo de los diferentes agentes económicos. La ‘confianza empresarial’ se puede traducir en una mayor voluntad para realizar inversiones, ampliar mercados y contratar más personal. Por su parte, la ‘confianza del consumidor’ se relaciona con su seguridad laboral y las expectativas de ingresos futuros. Un consumidor optimista se mostrará más dispuesto a gastar su dinero y a embarcarse en proyectos de largo plazo (por ejemplo, comprar una casa). Un consumidor pesimista, en cambio, tenderá a reducir sus gastos y ahorrar.