El hombre había pasado una semana secuestrado por ISIS cuando estuvo en Siria.
El periodista holandés, Joroen Oerlemans, fue asesinado por miembros del Estado Islámico (ISIS) en la ciudad de Sirte, al norte de Libia, durante los enfrentamientos que cubría entre las tropas leales al gobierno y los terroristas, informó la agencia AFP.
El representante del Hospital Central de la ciudad de Misrata, Akram Gliwan, aseguró que un un francotirador le disparó en el pecho mientras hacía su trabajo registrando imágenes durante los combates.
No era la primera vez que el hombre de prensa había vivido una situación al límite. En el año 2012, cubría el conflicto en Siria y fue secuestrado por una semana también por miembros del ISIS. Ahora cubría el trabajo de desminado de la parte liberada de Sirte. Esta vez no pudo escapar.
Luchas por el poder. Milicias del oeste de Libia afines al llamado gobierno de unidad nacional -apoyado por la ONU- emprendieron en junio pasado una ambiciosa ofensiva para liberar Sirte, en poder de la rama libia del Estado Islámico desde febrero de 2015.
Cinco meses después, unos 200 yihadistas -en su mayoría expertos en explosivos y francotiradores con experiencia en combate en Siria e Irak- resisten aún en el "distrito uno", un área asomada al mar de unos dos kilómetros cuadrados densa en edificaciones bajas y estrechos callejones.
País convulsionado. Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 fuerzas multinacionales ayudaran a los rebeldes a derrocar la dictadura de Muamar al Gadafi. Cinco años después, dos gobiernos, uno en Trípoli (oeste) y otro en el Tobruk (este) luchan por hacerse con el poder y el control de los recursos petroleros con ayuda de decenas milicias que cambian a menudo de bando.
De la situación se han beneficiado grupos yihadistas como la rama libia del Estado Islámico, Boko Haram o la organización de Al Qaeda en el magreb Islámico (AQMI) que han penetrado y extendido su influencia en el país.
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