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Escombros del choque de satélites se suman a la basura espacial

Según fuentes de la NASA, el satélite ruso que chocó con el estadounidense había dejado de operar hace varios años y se había convertido en basura espacial.

Foto:ArchivoLa colisión de dos satélites ha puesto una vez más sobre el tapete la preocupación sobre el peligro de que los escombros cósmicos hagan impacto en otras naves y hasta en la Estación Espacial Internacional (EEI).

El choque de los satélites de comunicaciones, uno ruso y otro estadounidense, ocurrió el martes pasado, a unos 800 kilómetros de la Tierra.

De inmediato, las autoridades de la NASA indicaron que los escombros podrían llegar hasta la órbita del complejo que gira a unos 400 kilómetros de altura.

Según los expertos, con el creciente tráfico de satélites que están circundando el planeta, la colisión era algo que iba a ocurrir en cualquier momento y el peligro que representa un choque de ese tipo es evidente.

Cualquier objeto en el vacío espacial se desplaza a una velocidad de unos 28.000 kilómetros por hora y una colisión con otro que se desplace en dirección opuesta resulta en una desintegración total.

Aunque la NASA asegura que el riesgo es mínimo, un portavoz de la agencia espacial manifestó que en cualquier caso los ocupantes de la EEI podrían realizar una maniobra para alejar al complejo del derrotero que siguen los escombros.

No obstante, la NASA señaló que los científicos de la agencia espacial "han determinado que el riesgo es muy pequeño y está dentro de los límites aceptables".

"Estamos tratando de comprender exactamente la verdadera magnitud de la nube" de escombros, dijo Kelly Humphries, portavoz del Centro Johnson de Vuelos Espaciales en Houston (Texas).

La posibilidad de un choque con la EEI también fue descartada por la agencia espacial rusa Roscosmos, que aseguró que no ha registrado la pérdida de ningún vehículo operativo en el espacio.

Según fuentes de la NASA, el satélite ruso que chocó con el estadounidense había dejado de operar hace varios años y se había convertido en una basura más en el espacio.

El peligro que representan los escombros espaciales fue planteado el año pasado por la NASA cuando sus ingenieros preparaban la misión, después aplazada, del transbordador Atlantis para reparar el telescopío Hubble.

Durante esa misión, que posiblemente se realice este año, dos astronautas realizarán cinco caminatas durante las que instalarán nuevas baterías, cámaras y giroscopios para permitir que el observatorio continúe su tarea lejos de la distorsión atmosférica.

En esos momentos, cualquier impacto, desde un minúsculo meteorito, hasta un trozo de nave espacial que vaga eternamente en el espacio podría ser fatal.

A diferencia de las misiones a la EEI en las que los "caminantes" contaban con el recurso de ingresar al complejo en caso de emergencia, en esta ocasión sólo estará junto a ellos el transbordador y el Hubble no tiene espacio para ellos.

Tampoco contarán con la asistencia que pudieran proporcionarles sus colegas desde la EEI.

Pero, las autoridades de la NASA aseguran que se tomarán todas las medidas para afrontar una emergencia y siempre habrá otro transbordador listo para partir en auxilio de los tripulantes del Atlantis.

Lo que está fuera de su control son los más de 100.000 trozos o escombros que pululan por el espacio y que son todavía más abundantes en la órbita del Hubble.

Se trata de restos de naves, tornillos, trozos de satélites y otra "basura" cuyo tamaño va desde unos pocos milímetros hasta varios metros, y que comenzaron a acumularse desde 1965, cuando el astronauta estadounidense Ed White, el primer caminante espacial, perdió un guante de repuesto durante su paseo extravehicular.

Con la velocidad con que se desplazan esos objetos cualquier impacto en la nave podría ser catastrófico, según los expertos.

"Ese es nuestro mayor peligro", dijo el año pasado John Shannon, director del programa de transbordadores.

Nicholas Johnson, científico de la NASA en Houston, reveló en esa ocasión que para 2006, la Red de Vigilancia Espacial de EEUU seguía de cerca más de 13.000 objetos hechos por el hombre de más de 10 centímetros de diámetro que giran en órbita terrestre.

"De ellos, más del 40 por ciento proviene de trozos de naves especiales y secciones de cohetes", señaló.

Shannon indicó que el año pasado, la basura espacial aumentó con la desintegración de un satélite ruso de vigilancia, el derribo por la Marina de EEUU de un satélite espía y una prueba antisatélites hecha por China.

EFE

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