Este trabajo era de suma importancia para la supervivencia de los astronautas, ya que, cuando la Estación Espacial Internacional se expone al sol, su temperatura puede llegar hasta los 120 grados.
Los astronautas Doug Wheelock y Tracy Caldwell Dyson lograron instalar la bomba de repuesto, de 355 kilogramos y del tamaño de una bañera, dos horas y media después del inicio de su salida al espacio a las 10H40 GMT.
Los controladores del Centro de Houston en Texas (sur de Estados Unidos) condujeron una prueba exitosa que mostró que la bomba de recambio, enviada en 2006 a la ISS, está en perfecto estado.
Un cortocircuito puso a la bomba de amoníaco reemplazada por los astronautas fuera de servicio el 31 de julio, lo que dejó al puesto orbital con un solo sistema de climatización.
Los seis tripulantes de la estación, tres rusos y tres estadounidenses (entre ellos dos mujeres) debieron apagar sus equipos no indispensables y suspender la mitad de los experimentos científicos.
El miércoles, los dos astronautas habían logrado retirar con éxito la bomba averiada al término de una salida que duró cerca de siete horas y media, y tras una primera salida infructuosa el 7 de agosto.
Sin sistema de refrigeración y calefacción, la temperatura en la ISS subiría a 120 grados cuando ésta se expone al Sol, y bajaría a -150 grados en la sombra sideral, según la NASA.
La ISS es un proyecto de 100.000 millones de dólares que se inició en 1998 y en el que participan 16 países, pero que está financiado sobre todo por Estados Unidos.
-AFP-
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