Empresa denunció que operaciones fueron blanco de ciberataques procedentes de China, a fin de acceder a correspondencia de disidentes, robarle códigos y secretos comerciales.
"Estamos conmocionados e indignados tras oír esas alegaciones sin fundamento, que pueden dañar la reputación de la universidad", señaló un portavoz de la universidad, una de las más célebres del país asiático.
El portavoz señaló que la información que acusaba al centro educativo, publicada en el diario "The New York Times" con fuentes de la inteligencia de EEUU, se basaba únicamente en una dirección IP de un ordenador, y "dado el alto desarrollo de la red tecnológica hoy en día, eso no es objetivo ni equilibrado".
La fuente añadió, no obstante, que la universidad está dispuesta a cooperar con los investigadores si Google así lo requiere.
La información publicada esta semana en el diario neoyorquino señalaba a la universidad shanghainesa y a la escuela técnica Lanxiang (en la provincia oriental china de Shandong) como orígenes del ataque a Google.
Ese ataque, dirigido también a otras webs, desencadenó una grave crisis entre el Gobierno chino y la empresa estadounidense, al amenazar ésta con retirarse del mercado chino y dejar de autocensurar sus contenidos en el país asiático, como requiere Pekín.
Poco antes de que la Universidad Jiaotong reaccionara a las acusaciones, la escuela Lanxiang también negó toda participación en los ciberataques, señalando al diario oficial "Global Times" que no tenía el equipamiento necesario para llevar a cabo acciones de ese calibre.
Además, en la información del diario estadounidense se señalaba que el ataque surgió de una clase de informática impartida por un profesor ucraniano, y en Lanxiang "nunca se ha invitado a maestros extranjeros", aseguró una fuente del centro educativo.
La información de "The New York Times" ya dejó claro que el hallazgo de las fuentes de los ataques no asegura que el Gobierno chino o los dos centros superiores estuvieran detrás de los sabotajes, ya que es posible que los ordenadores de ambas instituciones fuesen manipulados, incluso desde fuera de China.
EFE
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