AFHS: Padre de Charo le confiesa la verdad a don Gilberto

Joel sale de su casa y ve que Miguel Ignacio está en su auto y que Fernanda está saliendo de su casa. La llama y le dice que quiere decirle algo pero lo que hace es besarla para darle un mal rato a Miguel Ignacio que reacciona y le reclama a su hija. Fernanda lo ignora y le dice a Joel que tiene que hacer algo para que se vuelva a enamorar de él. Miguel Ignacio regresa a casa de los Maldini hecho una furia y les informa a Francesca e Isabella lo que acaba de ver.

Don Alejo está en el baño de la casa de los González mientras que don Gilberto está en la puerta. El padre de Charo abre la puerta y hace entrar a Gilberto para confesarle que no está enfermo. Gilberto le dice que el baño no es el lugar para hablar de su secreto.

Hiro despierta de su borrachera y Monserrat le pregunta si se siente bien o si quiere un café. Hiro se le acerca y la besa. Monserrat está asombrada y simplemente se retira. Hiro cae nuevamente al sofá y tiene pesadillas por haberse atrevido a besar a la monsefuana.

Lucho lleva a William a su casa a desayunar. Reyna le pregunta a William cuándo llevará a Shirley a Ohio. “No quiero ir a Ohio, quiero vivir en el Perú, quiero casarme con su hija pero quiero vivir en el Perú que tiene todo lo que me gusta”, dice el estadounidense. Lucho le da la razón al gringo y Reyna lo lleva a un lado para decirle que hay que convencer a William de que se lleve a Shirley a vivir a Estados Unidos.

Manolo llega a su casa y se encuentra con que su madre ha hecho maletas y está por dejar la casa. Manolo va en busca de Peter para contarle lo que pasa. Peter va en busca de Socorro. “Te quiero cerca de mí”, le pide. “Si quieres que me quede tienes que convencer a tu hijo que deje a la innombrable”, le dice. Manolo se niega y Socorro insiste en que dejará la casa de los González porque no quiere volver a ver sufrir a su hijo. “Te lo encargo, con el tiempo me darás la razón”, le dice para luego pedirle que le busque un taxi.

Don Alejo le cuenta a don Gilberto que lo que hace es cumplir la voluntad de su difunta esposa y que en el fondo él también quería reconciliarse con su hija pero no quería dar su brazo a torcer. “Nadie tiene que enterarse de esto”, le dice. “Vamos a ver si estamos entendiendo, ¿Quieres que sea tu cómplice?”, le pregunta. “Sí”, responde Alejo.

Socorro busca Teresa para decirle que se va. Ella le pide que se quede pero la madre de Manolo está decidida a partir. “Te pido que me despidas de toda la familia”, le dice.

Peter habla con Socorro. “¿Puede más tu odio hacia Rubí que tu amor hacia mí?”, le pregunta. Socorro le dice que su argumento la convenció y decide quedarse.

Don Gilberto le dice a Alejo que no quiere ser su cómplice y que le contará todo a la familia. “Si tú perdieras a tu hija, ¿no serías capaz de hacer cualquier cosa para recuperarla?”, pregunta Alejo. Gilberto  se queda en duda y entonces Alejo aprovecha para pedirle una semana para enterar a los González de su real estado de salud. Luego le dice que siente que se ha quitado cien kilos de encima y que le provoca tomar unas cervezas para celebrar. Gilberto le dice que no. Alejo le dice que prefiere entonces comer anticuchos y convence a Gilberto para salir de la casa. Pero resulta que la anticuchería está lejos y entonces deciden usar la mototaxi de Joel pero no tienen la llave. “En mis años mozos aprendí a manejar moto y encenderla sin llave”, dice Alejo y parten hacia la anticuchería. Lo que no sabe es que Charo lo busca en su cuarto y se extraña de no encontrarlo.

Johnny está disfrazado de ladrón y escondido detrás de un auto esperando que pase William y darle un buen susto de acuerdo a los planes de su madre de hacerle creer que Lima es una ciudad muy peligrosa y por lo tanto es mejor que junto a Shirley se vayan a vivir a Ohio. William pasa y Johnny se le pone delante amenazándolo con un fierro.

Manolo le dice a Rubí que su madre se irá de su casa y entonces ella le propone vivir juntos. Manolo regresa a su casa y se encuentra con que su madre finalmente no se fue. “Me quedo con la condición de que esa mujercita no ponga un pie en esta casa”, le dice.