AFHS: Peter renuncia a ser mayordomo de Francesca Maldini

Raúl decide contarle a Viviana la verdad de lo que pasó y le confiesa lo de la pijamada. “Imagínate que nos quedamos atrapados en el ascensor durante toda la noche. Y si te contaba la verdad pensé que te ibas a molestar”, dice. Le cuenta que sí existen los secuestradores. “Ellos vieron el reportaje de televisión y se molestaron. Tienes que creerme”, añade. “¿En serio quieres que te crea?”, le responde Viviana.

Fernanda enfrenta a Joel. “Me he dado cuenta que quien no se puede olvidar de mí eres tú”, le dice. “Yo ya me olvidé de ti”, responde. “Entonces por qué me compones canciones, por qué subes a mi ventana. En este momento podría hacer que termines tu relación con Cayetana. Si yo te beso te mato y al día siguiente me estarías buscando”, le dice Fernanda. “A ver, bésame, vas a ver que no pasa nada”, replica Joel. Y entonces Fernanda lo besa en la boca y los dos se quedan mirándose con los ojos muy abiertos.

“Este es el momento de cambiarse el pijamita. He traído mi sleeping como si estuviéramos de campamento. Te voy a hacer masajito, piojitos, cosquillitas y vas a dormir como un bebito. Voy a cambiarme y a lavarme los dientes”, le dice Isabella a Miguel Ignacio quien grita “¡¡No!!” ya que en la baño está Débora Dora. Y entonces la envía al baño del corredor. Y luego tiene que despedir a Débora Dora tras esconderla debajo del escritorio.

Peter le entrega su carta de renuncia a una atónita Francesca. “¿Ha ocurrido algo en especial que te haya hecho tomar esta decisión? No es la primera vez que te vas y siempre te hemos necesitado mucho. Sigues resentido porque desaparecí sin contarte nada”, dice. “Si usted no confió en mi entonces ya no puedo ser su mayordomo. Quiero formar una familia y ésta ya no la es”, dice Peter. “Creo que ya voy entendiendo las razones de tu renuncia”, replica Francesca.

Manolo y Teresita están en el pub y la cantante Rubí no es otra que la innombrable. Manolo está pálido y no sabe qué hacer. Ella canta un tema llamada “Distancia” tras lo cual dice al auditorio “que no hay nada más doloroso que dejar partir al hombre que amas”.

Viviana no le cree nada a Raúl. “No sé cuándo me dice la verdad y cuándo no. Eres un mentiroso y un baboso. Buenas noches”, le dice.

“Agradece que no le voy a contar nada a mi Chamaquita, no le voy a decir que te me tiraste encima. Deja de estar besándome en contra de mi voluntad”, le dice Joel a Fernanda. “Vas a ver que no vas a poder dormir toda la noche pensando en mí”, responde la hermana de Nicolás. Fernanda regresa a su casa y se encuentra a Peter que se está despidiendo de la casa Maldini. “Solo me queda desearte que sea muy feliz, estuviste siempre en las buenas y en las malas y fuiste el mejor amigo que pude tener”, le dice Francesca a Peter. “Estoy seguro que Socorro es una buena mujer y me alegra que busques tu felicidad”, añade. “Espero que sea muy feliz con el doctor Cabrera que es un buen hombre”, dice el ahora exmayordomo. “Cuando una esperanza desaparece, una nueva puerta de abre. Hasta siempre madam”, añade, abraza a Francesca y deja la casa. La señora Maldini se queda llorando.

Peter llega a la casa de Socorro. “Aquí estoy dispuesto a formar una familia”, le dice. Pero ella está sorprendida. “No te puedo meter aquí de la noche a la mañana”, le dice. “Esta es la casa de Manolo, yo vine a vivir aquí. Lo siento, no te puedes quedar, si estuviera Manolo podríamos hablar con él para que te quedes a pasar la noche. Nos sabes la pena que me da que no te puedas quedar. Ya sé lo que sientes por mí”, le dice. “Voy a buscar un sitio dónde quedarme. Mañana vengo a buscarte”, responde Peter. “Gracias por comprenderme”, le dice Socorro al despedirlo.

“La cara que puso Joel cuando lo besé”, dice Fernanda riéndose pero de pronto se pone seria. “En cambio yo… yo… no sé por qué no puedo dejar de pensar en ese idiota”, añade. Joel también está nervioso pero decide llamar a Cayetana para sacarse a Fernanda de la cabeza. Enciende el televisor y justo transmiten el video que Fernanda colgó en las redes sociales. Joel la llama para contarle lo que acaba de ver. “Ya ves, no dejas de pensar en mí. Ojalá que eso no lo haya visto mi chamaquita”, le dice. “¡Mi video en televisión nacional! ¡Y ahora dónde me escondo!”, exclama Fernanda.

Peter pasa por la calle en busca de un hotel y se cruza con don Gilberto y le cuenta que renunció a su trabajo. El patriarca de los González lo invita a quedarse en su casa. “En mi cuarto hay suficiente espacio”, le propone. “Pero me vas a respetar, ah”, responde Peter.

El número musical de Rubí termina en “El tufo” y Teresita aplaude frenéticamente mientras que Manolo no sabe cómo hacer para convencer a su novia de dejar inmediatamente el lugar. “Hay que ir a saludar a la artista”, dice la joven. “No, a los artistas no les gustan los autógrafos, que les tomen fotos, soy periodista y sé lo que digo. Vámonos”, responde Manolo. Y se estaban poniendo de pie. “¡Ahí está! Mujer eres un escándalo de éxito”, le dice Teresita a la artista y la abraza. A Manolo no le queda más remedio que ponerse de pie y enfrentar frontalmente a Rubí, que no es otra que la innombrable. “Muchas gracias, me alegra que les haya gustado”, dice la cantante. “Soy Teresa y él es Manolo, mi enamorado”, se presenta. “Hacen una linda pareja”, responde Rubí y luego se va. “Crees que no me di cuenta de lo tuyo con Rubí” le dice Teresa a un aterrado Manolo. “Pero no importa, sé que una diosa y talentosa como ella hace que todos los hombres volteen a mirarla pero no estoy enojada contigo”, añade.

Peter se acomoda en la cama de don Gilberto. “Espero que no traspases la frontera”, le dice al señor González. “Y yo espero que no te muevas mucho para poder dormir”, responde. Pero al paso de las horas terminan abrazados, don Gilberto soñando con doña Nelly y Peter soñando con Socorro.