Dos jóvenes búlgaras que habían llegado a Tampa para estudiar se dieron con la ingrata sorpresa de que eran espiadas aparentemente por el hombre que les alquilaba la vivienda.
Dos jóvenes búlgaras que habían llegado a Estados Unidos para estudiar y trabajar denunciaron en la televisión de ese país al hombre que les alquilaba la casa. Las muchachas argumentan que la vivienda estaba llena de cámaras de vigilancia y por ende estuvieron buen tiempo espiadas.
Ralitsa Dzhambazova y Vanya Samokovareva alquilaron un departamento en la ciudad de Tampa y recién tres meses después pudieron darse cuenta de que las alarmas de la casa, los sensores de humo y otros aparatos de seguridad eran en realidad cámaras de vigilancia.
El propietario de la vivienda es un hombre de negocios identificado como Raj Armani, quien había instalado un sofisticado sistema de monitoreo de video a través de cámaras espías y otros dispositivo que actualmente son analizados por la policía local.
Al puro estilo de “El gran hermano”, las chicas estuvieron expuestas en sus dormitorios, en la cocina y hasta en la ducha. Por esta razón, las jóvenes han expresado su profundo malestar y esperan que la justicia actúe en su favor.
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