Investigadores han descubierto un mecanismo clave utilizado por las células intestinales para defenderse de las infecciones más frecuentes en los hospitales.
Investigadores han descubierto un mecanismo clave utilizado por las células intestinales para defenderse de las infecciones más frecuentes en los hospitales, un mecanismo, que podría producir una terapia contra los efectos de las bacterias resistentes a los antibióticos.
Los científicos hicieron el descubrimiento mientras investigaban las respuestas celulares a dos potentes toxinas generadas por la bacteria Clostridium difficile (que puede causar síntomas que van desde la diarrea hasta la inflamación intestinal grave).
"Cerca del 1% de todos los pacientes hospitalizados desarrollan una infección por C. difficile -estos pacientes son tratados con antibióticos, hasta el punto en que las bacterias benignas del intestino son eliminadas, y por ello la C. difficile, resistente a los antibióticos, es capaz de proliferar", explicó.
"Entonces, esta bacteria libera toxinas que provocan enfermedades del colon", agregó el profesor Tor Savidge de la Universidad de Texas Medical Branch (UTMB) en Galveston, autor principal del estudio que ha sido publicado en "Nature Medicine".
Las toxinas causan estragos en las proteínas estructurales de las células y en las redes de comunicaciones bioquímicas, y acaban matando a la célula.
Sin embargo, antes de que inicien este proceso, las toxinas tienen que entrar en la célula, y esto significa que deben pasar a través de la membrana protectora que la rodea. En este punto es donde los investigadores pueden haber encontrado una manera de detenerlas.
"Estas toxinas son como misiles que la bacteria produce para salir de esta y detonar el interior de la célula", afirma Savidge. "Dos maneras de defenderse contra los misiles son enviar señales para engañarlos y desarmar los mecanismos sensoriales, o conseguir que detonen antes de tiempo", sostuvo.
"La identificación de nuevas modalidades de tratamiento para esta infección sería un avance importante", añade el doctor Charalabos Pothoulakis de la UCLA, coautor del estudio."Si tenemos éxito, es posible que podamos tratar otras enfermedades bacterianas de una manera similar", acotó.
Comparte esta noticia