Esta es la conclusión de científicos españoles que hallaron un potente factor antiviral que ofrece posibilidades para el tratamiento de pacientes con VIH.
Así lo ha explicado a Efe Balbino Alarcón, uno de los investigadores de este trabajo, publicado en The Journal of Immunology.
El factor antiviral descubierto consiste en un fragmento de una proteína vírica llamada gp120.
Los investigadores, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), llegaron a esta conclusión por "sorpresa", ya que surgió a raíz de los trabajos que el grupo estaba haciendo sobre terapia genética del sida.
Alarcón ha explicado que el CD4 es un receptor celular -una proteína que permite la interacción de determinadas sustancias con la célula- que el virus del sida utiliza para entrar en las células que infecta, principalmente los llamados "linfocitos T".
La idea inicial de los investigadores era impedir la formación de nuevos virus a través de una forma modificada genéticamente de CD4.
Sin embargo, en el transcurso de esta investigación se halló que cuando se infectaban poblaciones de linfocitos, donde unos expresaban la forma modificada de la proteína CD4 y otros no, se frenaba la propagación del virus en todos los linfocitos.
Esto se debe a que los linfocitos modificados genéticamente y que son infectados por el virus, liberan al exterior un factor soluble que impide la infección de los linfocitos vecinos, tuvieran la forma modificada de la proteína CD4 o no, según ha detallado Alarcón.
Tras años de estudio, los investigadores consiguieron purificar el factor antiviral en cantidad suficiente para averiguar su composición: un fragmento de la proteína vírica gp120.
El factor, denominado EDAF, ofrece posibilidades para el tratamiento de pacientes con SIDA, tanto en su infusión directa intravenosa como mediante procedimientos de terapia genética.
Además, según Alarcón, EDAF podría utilizarse como base de una nueva vacuna, si bien su capacidad protectora tiene que ser estudiada todavía en modelos de animales, antes que con pacientes.
EFE
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