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A más de 32 horas del devastador terremoto que sacudió el este de Afganistán, la información que emerge de las zonas afectadas confirma por lo menos 1 411 muertos y 3 124 heridos, mientras continúan llegando reportes de personas atrapadas bajo los escombros, según cifras del gobierno de los talibanes.
El sismo fue de magnitud 6.0, pero su principal característica fue su escasa profundidad, de apenas 10 kilómetros. Los terremotos tan superficiales son mucho más destructivos porque la energía se libera muy cerca de la superficie, provocando una sacudida más violenta.
Las cifras oficiales, que siguen siendo preliminares, sitúan el balance en al menos 1 411 muertos y más de 3 124 heridos, según el último informe del gobierno talibán. La ONU, por su parte, estima que unas 12 000 personas se han visto directamente afectadas, principalmente por la destrucción de sus hogares.
El Ministerio de Defensa talibán ha enviado 30 doctores y 800 kg de medicinas a Kunar. Sus helicópteros militares han evacuado a 335 heridos solo al hospital regional de Nangarhar.
Geología: El país se asienta sobre la colisión de dos placas tectónicas, lo que genera una actividad sísmica constante.
Viviendas: La mayoría de las casas en la región son de adobe (barro y paja), sin ningún refuerzo, lo que las convierte en estructuras mortales que colapsan por completo.
Contexto: El terremoto golpea a un país debilitado por 40 años de guerra, con una infraestructura inexistente en muchas zonas y sumido en una profunda crisis económica y un aislamiento internacional que impiden cualquier tipo de preparación o prevención.