El poder de Cristo… el Mesías
¿Cuál es el camino que nos traza Jesús?
En el Evangelio que hemos escuchado, Jesús ofrece a los suyos dos lecciones que se desprenden de su mensaje central, y que dividen el relato de hoy en dos partes. En la primera parte, Jesús quiere que aprendamos que hay que apoyar todo aquello que es bueno; porque si “es bueno”, está a favor de Dios. Y en la segunda parte, la enseñanza de Jesús es que hay que ser “buen ejemplo” en todo; pues el mal ejemplo trabaja en contra de Dios. Como veremos, se trata de dos enseñanzas que se complementan.
¿Cuál es el camino que nos traza Jesús?
Esta semana relato es el de “enseñanza”. Jesús aquí nos va a enseñar para que aprendamos “su camino”. Y el texto empieza diciéndonos que se marcharon de la montaña, "y atravesaron Galilea, y no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos". Mientras van pues de camino, Jesús los va a instruir en el corazón de su mensaje.
¿Por qué Jesús le preguntó a sus discípulos lo que la gente pensaba de él?
Jesús ha transcurrido Galilea, pero a partir de este momento, él y los suyos se pondrán en camino hacia Jerusalén, en donde lo matarán. El evangelio empieza diciéndonos que un día Jesús y sus discípulos fueron a la región de Cesarea de Felipe… Cesárea de Felipe o de Filippo quedaba en el territorio de Felipe, el hermano de Herodes Antipas; al Noreste de Galilea, en donde tiene sus orígenes el río Jordán. Parece que Jesús decidió ir con sus discípulos a esa hermosa región, tal vez para descansar un poco del agitado trabajo de todos los días, revisar lo hecho y tomar algunas decisiones importantes de cara al futuro.
¿Cuál es el significado de la curación del sordo?
En este domingo, la Iglesia nos ofrece para nuestra reflexión, la curación de un sordo que apenas podía hablar. Según el texto, Jesús curó a este hombre y ello produjo el asombro de todos. Pero, como veremos… en realidad se trató de un signo que lo señaló como el Mesías esperado. Como saben, por siglos el pueblo de Israel esperó con ansias la llegada del Mesías, y al hacer oír a los sordos y hablar a los mudos, Marcos nos muestra que Jesús cumple con los signos que identifi-can al Mesías esperado.
¿Qué desafíos nos pone Jesús?
Hoy el evangelio nos presenta un aspecto de la vida de Jesús que es poco conocido. La gente cree que la vida de Jesús estuvo llena de éxitos… pero no fue así. Hoy el evangelio nos muestra uno de los fracasos en la vida de Jesús (otro fue su crucifixión). Y a la luz de este hecho de su vida, es bueno aprender que los fracaso que podamos sufrir no nos deben amilanar, y que siempre es posible reponernos y salir adelante.
La asunción de María
Esta semana hablamos de la ascensión de Jesús y decimos que él ascendió al cielo; pues él mismo volvió al Padre, por sus propios medios, porque él es Dios Y hablamos de la asunción de María, y decimos que ella fue asunta; que mereció el privilegio de ser elevada al cielo; pero… ella no subió por sus propios medios, porque María no es Dios, sino criatura (aunque no cualquier criatura, sino una mujer extraordinaria creada por Dios). Por eso es que decimos que ella fue llevada al cielo, fue asunta.
Jesús, el gran maestro.
Hoy el evangelio es parte del largo discurso que sigue a la multiplicación de los panes, cuyo objetivo es enseñarnos acerca de la Eucaristía. Y la manera como el evangelista nos enseña de ella es a base de diálogos y discusiones, entre Jesús los judíos que lo escuchan. A lo largo del discurso, estas discusiones se irán poniendo cada vez más tensas, hasta que al final, los que lo han venido siguiendo van a abandonar a Jesús. El domingo pasado se reflexionó en el inicio de las discusiones, en donde Jesús reprocha el proceder de los judíos diciéndoles: Ustedes no me buscan por los signos que vieron, sino porque comieron pan hasta saciarse (refiriéndose a que habían comido el pan de la multiplicación); y afirma: Esfuércense no por el pan que se acaba sino por el que permanece para la vida eterna; y ese pan es el que baja del cielo y da vida al mundo. Ellos entonces respondieron, danos entonces de ese pan. Y Jesús respondió: “Yo soy ese pan”.
¿Por qué la gente sigue a Jesús?
Hoy 1 de agosto, el Evangelio nos relata que luego de que Jesús multiplica los panes y los peces la gente lo sigue. Pero ¿por qué siguen a Jesús? El mismo Señor lo dice: “Ustedes me buscan no por los signos que hice sino porque han comido hasta saciarse”. Aquí tenemos una primera lección, no busquemos a Jesús por interés, busquemos al Señor por amor. Y Jesús, además, le dice a la gente, que les dará el pan de Dios, el pan que baja del cielo y da la vida al mundo. El Señor está hablándoles de la Eucaristía. En verdad la Eucaristía es el pan vivo que da la vida eterna.
Jesús, el buen pastor
Hoy 18 de julio, el Evangelio nos presenta a Jesús como el buen Pastor que se preocupa de cada una de sus ovejas. ¡Qué conmovedor ese detalle que tiene Jesús de ver a sus Apóstoles cansados! El Señor, preocupado, al verlos, les dice: “Vengan solos a un lugar tranquilo a descansar un poco”. El Señor se ha dado cuenta que sus Apóstoles está agobiados, dice el Evangelio que la gente no los dejaba ni comer. Ante ello, se los lleva a un lugar apartado para que descansen. ¡Qué bueno que es Jesús! Los problemas nos agobian, nos agotan, nos gastan, nos cansan, por eso es importante que sepamos “descansar en el Señor”. Ya para ello, no hay que hacer cosas raras, descansar en el Señor nos conduce a descargar en el Señor nuestros agobios, nuestras cargas, para ello no hay otro medio que la oración.
Somos misioneros de Cristo
Hoy 11 de julio, el Evangelio nos presenta una enseñanza muy importante: “somos misioneros”. En efecto Jesús mandó a sus Apóstoles de dos en dos a proclamar el Reino de Dios. La Iglesia que fundó Cristo no solo es Apostólica, sino misionera. Es decir que está llamada a comunicar en todas partes la Buena Noticia que es Cristo Jesús. Jesús nos envía de dos en dos, es decir que somos misioneros en una comunidad ungida que es la Iglesia, nos envía con poder sobre el maligno, estamos llamados a ahogar el mal en el bien, y Jesús nos pide no llevar nada por el camino, es decir que el misionero está llamado a poner su confianza solo en el Señor.