El 20 de enero de 2025, en su primer día de regreso a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para iniciar el proceso de retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta decisión se fundamenta en críticas hacia la gestión de la pandemia de COVID-19 por parte de la OMS y en la percepción de una influencia desproporcionada de China en la organización.
Trump argumentó que la OMS no adoptó las reformas necesarias y que Estados Unidos estaba realizando contribuciones financieras significativamente mayores en comparación con otros países, como China.
La retirada de Estados Unidos de la OMS implica la suspensión inmediata de fondos y apoyo gubernamental a la organización, así como la reasignación del personal federal que colaboraba con ella. Este proceso de desvinculación está previsto para completarse en un año, durante el cual se espera que Estados Unidos cumpla con sus obligaciones financieras restantes.
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Impacto en la salud global y reacciones internacionales
La decisión de Trump ha generado preocupación entre expertos en salud pública y líderes internacionales. Estados Unidos ha sido históricamente uno de los principales contribuyentes financieros de la OMS, aportando entre 160 y 815 millones de dólares anuales en la última década. La retirada de estos fondos podría debilitar programas esenciales de la OMS, como la lucha contra enfermedades como el VIH, la malaria y la tuberculosis, y afectar la capacidad de respuesta ante futuras pandemias.
La OMS lamentó la decisión y expresó su esperanza de que Estados Unidos reconsidere su postura, destacando la importancia de la colaboración internacional para abordar desafíos sanitarios globales. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, subrayó que la organización desempeña un papel crucial en la protección de la salud mundial, incluyendo a la población estadounidense.
Analistas señalan que la retirada de Estados Unidos podría crear un vacío de liderazgo en la salud global, potencialmente incrementando la influencia de otros países, como China, en la OMS. Expertos como Ashish Jha y Lawrence Gostin advierten que esta decisión podría ser un error estratégico que debilitaría la posición de Estados Unidos en asuntos de salud internacional y comprometería la respuesta global a emergencias sanitarias
Créditos: Milenio | @milenio