Jay Sommers tenía apenas 20 años en 1988 cuando se convirtió en el ganador de la lotería de Michigan, el joven consiguió U$D 28,9 millones. El hombre era aficionado a las carreras profesional y decidió gastar U$D 290 000 en la compra de cinco coches de lujo.
Todo iba bien para el ganador de la lotería hasta que tuvo que pagar impuestos al gobierno de Estados Unidos. Fue entonces que se contactó con un amigo con conocimientos de negocios para que lo ayudara a administrar sus ganacias de la lotería.
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Juicio poco exitoso
“Puse dinero en un fondo fiduciario y el fiduciario me robó U$D 10 millones”, dijo Sommers a The New York Post. Fue así que el hombre terminó demandando a su amigo, pero resultó menos fructífero de lo que originalmente pensó.
Sommers recordó que ganó el caso por más de un millón de dólares, pero el fideicomisario "amenazó con declararse en quiebra". Así que se conformó con recibir U$D 800 000. "Mis abogados consiguieron U$D 380 000", añadió el hombre, que gastó alrededor de U$D 200 000 dólares en el juicio.
Desde esa fecha, el ganador de la lotería usó el dinero que le quedaba en comprar carros e invertir en negocios que no prosperaron. Fue así que para el 2022, el hombre trabajaba como repartidor de pizzas. "Soy un tipo normal, que trabaja de nueve a cinco, ganar la lotería arruinó mi vida”, añadió Sommers.
Créditos: YouTube | @Kusma420