El verano en Estados Unidos está dejando una huella crítica: las temperaturas extremas han desencadenado cortes eléctricos, fallos en servicios de transporte y emergencias médicas en varias regiones del país. Con récords de calor superando los 38 °C en múltiples ciudades, la situación se ha convertido en una amenaza para la infraestructura y la salud pública.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) emitió alertas de calor extremo, mientras que el Departamento de Energía declaró una emergencia que permite a la empresa Duke Energy Carolinas operar sus generadores al máximo para abastecer a millones de personas en estados como Carolina del Norte, Indiana, Florida y Ohio.
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¿Qué daños están causando las altas temperaturas en EE.UU.?
Ciudades como Boston, Nueva York y Filadelfia han decretado estados de emergencia local, ya que el calor ha afectado gravemente a hospitales, puentes, carreteras y trenes. Incluso se han reportado fallos en sistemas de refrigeración crítica en centros médicos.
La estrategia federal se centra en garantizar el suministro eléctrico constante, permitiendo a las empresas energéticas operar sin restricciones durante las horas de mayor demanda. Esta acción busca evitar apagones masivos que pongan en riesgo hogares, comercios y centros de salud.
Los efectos ya son visibles: autopistas en Nueva Jersey se han agrietado, puentes levadizos en Massachusetts dejaron de operar y trenes como uno en Baltimore quedaron varados sin aire acondicionado. Además, las salas de emergencia reportan un incremento en pacientes afectados por golpes de calor.
Hasta ahora se ha confirmado al menos una muerte en San Luis por deshidratación y falta de acceso a refrigeración. En Nueva Jersey, más de 150 personas fueron atendidas por síntomas relacionados con el calor en eventos escolares. También se reportaron cancelaciones de conciertos y rescates por agotamiento entre excursionistas.