¿Cuál es la importancia del Espíritu santo en nuestras vidas?
Hoy conmemoramos a Santa Rosa de Lima
Hoy 30 de agosto celebramos la Solemnidad de Rosa de Lima. El Evangelio de hoy nos presenta al Reino de Dios como ese granito de mostaza que crece hasta convertirse en un árbol grande. El Reino crece gracias a aquellos que le dicen sí a Dios. Rosa de Lima vivió todas las exigencias de Reino de Dios que no son otras que una vida totalmente entregada a Dios y en Dios a los demás.
¿Cuáles son las verdades sobre Jesús y sobre la Iglesia?
El evangelio nos presenta verdades sobre Jesús y sobre la Iglesia. El Señor pregunta: ¿quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Podemos decir que hace una encuesta. Y le dan respuestas diversas. Luego, el Señor pregunta a sus discípulos, ¿ustedes quién dicen que soy yo? Pedro es quien da la respuesta correcta. “Tú eres el Mesías el Hijo de Dios vivo”. Jesús es el Mesías, el Ungido, aquel que está lleno del Espíritu Santo. Y Jesús es el Hijo de Dios vivo. Es el Hijo de Dios que se hace hombre por nosotros.
La fe de la mujer cananea ¿Su accionar es condición para una buena oración?
Hoy el evangelio nos presenta las tres condiciones para que nuestra oración sea bien hecha. Y la protagonista es una mujer cananea, ella no es judía pero busca a Jesús, puesto que tiene un gran sufrimiento: su hija está endemoniada. ¿Cuáles son las tres condiciones para una buena oración? La fe, la perseverancia y la humildad. Esta mujer busca a Jesús con fe. Es el primer paso para rezar bien, acudir con fe a Jesús. La mujer Cananea dice: “Señor ten compasión de mí”. Ella reconoce con fe a Jesús como Señor.
Pedro camina sobre las aguas ¿Cuál es su significado?
El evangelio nos presenta a Jesús que camina sobre las aguas y además se nos relata que el Señor hace que Pedro también camine sobre el lago. Pedro pide caminar sobre las aguas, le dice a Jesús: “Señor si eres tú mándame caminar sobre el lago”. El Señor hace posible ese milagro. Y es que Jesús siempre obra milagros en nuestras vidas. Él nos hace caminar sobre las aguas turbias de este mundo, Él nos sostiene con su gracia para que no nos hundamos nunca ante los problemas. Por Cristo, con Cristo y en Cristo siempre estamos a flote. El evangelio nos relata que Pedro sintió un viento fuerte, tuvo miedo y empezó a hundirse. Aquí tenemos otra lección, ese viento fuerte podemos decir que es todo aquello que viene sobre nosotros con fuerza y nos quiere hacer perder nuestra confianza en Dios.
El milagro de la multiplicación de los panes y los peces ¿Cuál es su significado?
Hoy contemplamos a Jesús que hace un milagro. En efecto, Jesús multiplica panes y peces de modo que comen unos cinco mil sin contar con las mujeres y niños. Además sobran doce canastos. A lo largo del relato del Evangelio de este domingo aprendemos que el Corazón de Jesús es misericordioso, Él se compadece de la multitud hambrienta, Él no quiere que quienes lo siguen se vayan con hambre, Él les da de comer, y deja una lección clara a sus discípulos, “ustedes deben darles de comer”, es decir preocúpense de los demás. Hoy, en el mundo también hay gente que tiene hambre, hay tantas necesidades materiales y espirituales, Jesús cuenta con nosotros para saciar esas necesidades. El milagro lo hace Jesús, que quede claro, pero alguien puso “cinco panes y dos peces”. Jesús cuenta con nuestra colaboración, con nuestro esfuerzo, con nuestra buena voluntad.
El valor incalculable del Reino de Dios
El Evangelio nos presenta como idea central el valor incalculable del Reino de Dios. Jesús nos habla del tesoro escondido y de la perla preciosa para referirse al Reino de los cielos. Ante el Reino de Dios todo lo demás es secundario porque el Reino de Dios exige la primacía de Dios en nuestra vida. Dios debe estar siempre en el primer lugar de nuestra vida, en el primer lugar de nuestro hogar, en el primer lugar de nuestra familia, en el primer lugar de la sociedad. Ahí donde estemos, la primacía debe ser de Dios.
La parábola de la cizaña entre el trigo ¿Cuál es su significado?
Hoy 19 de julio, Jesús nos relata una parábola en la cual habla de un campo donde crece el trigo y la cizaña. Esta imagen del campo donde se da el trigo y la cizaña la podemos aplicar al mundo, a la Iglesia y a nuestro corazón. En el mundo nos encontramos con el trigo y la cizaña. El trigo expresa a las personas que se esfuerzan por hacer un mundo más justo y solidario, un mundo donde se respete la dignidad de cada persona humana. Y la cizaña expresa a las personas que difunden el mal y todo aquello que aplasta la dignidad del hombre.
¿Qué nos enseña la parábola del sembrador?
Hoy 12 de julio, el Señor nos cuenta una parábola para enseñarnos que debemos acoger correctamente la Palabra de Dios. Nunca estará de más afirmar que estamos llamados no solo a escuchar sino sobre todo a hacer vida la Palabra de Dios que es viva y eficaz. Cuando se proclama la Palabra de Dios existen varias posibilidades en quien la escucha; una primera posibilidad es “no acogerla”, que en realidad equivale a rechazarla, entonces es el caso de la semilla que cae en el camino y se la comen las aves. La segunda posibilidad es acoger la Palabra de Dios pero solo por un tiempo, entonces somos como la semilla que cae en la tierra con piedras, qué pasó, falto profundizar en la Palabra de Dios. La tercera posibilidad es acoger la Palabra de Dios y profundizar en algo, pero dejamos que la mundanidad ahogue la Palabra poco a poco, entonces somos como esa semilla que cae en tierra, pero las espinas la ahogan.
¿Qué significa ser "mansos y humildes de corazón"?
Hoy en el Evangelio Jesús se presenta como “manso y humilde de Corazón”. El Señor nos dice con claridad “aprendan de mí que soy manso y humilde Corazón y encontrarán descanso para sus almas”. Qué importante es la mansedumbre y la humildad, son dos virtudes que van de la mano. Y estas dos virtudes traen mucha paz interior. Ser manso exige forjar un ambiente de paz ahí donde estamos. Quien sigue a Cristo comunica paz, no anda sembrando conflictos, no busca peleas, no hace un mal ambiente. Y ser humilde exige reconocer nuestra verdad, es decir reconocer que nuestras virtudes y nuestros defectos. Reconocer nuestras virtudes para ponerlas al servicio de los demás, y reconocer nuestros defectos para luchar contra ellos. La humildad nos lleva a reconocer quiénes somos de verdad.
¿Por qué Cristo nos enseña a fortalecernos en espíritu y no tener miedo?
Hoy Jesús en el Evangelio nos habla de no tener miedo. Quien está unido a Jesús no tiene miedo a nada ni a nadie. Si dejamos que Cristo nos transforme de verdad, nada nos va a paralizar. Con claridad el Señor indica que no debemos tener miedo a los hombres, pues no hay nada encubierto que no se descubra. En otras palabras, no debemos tener miedo a la verdad. Al contrario, la verdad nos hace libres. Amemos la Verdad, proclamemos la Verdad, defendamos la Verdad.