La partida a la eternidad ¿En qué momento estamos preparados para ello?

Hoy la Iglesia celebra la fiesta del Bautismo del Señor. Contemplamos a Jesús que se pone en la fila de los pecadores para recibir el bautismo de Juan, en el río Jordán. De esta manera, Jesús se manifiesta como el Dios amigo y solidario de todos los hombres. ¡Qué humildad la del Señor! Ha querido pasar por un rito que tenía sentido penitencial. Así nos enseña que ha cargado con todas nuestras miserias para lavarlas con su sangre preciosa. Y no olvidemos que Jesús ha traído el verdadero Bautismo. Él nos purifica con las aguas bautismales gracias a su muerte y resurrección. Hoy es un buen día para renovar nuestras promesas bautismales.

Hoy 5 de enero, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Epifanía. Es el acontecimiento de la vida del Señor, donde él se manifiesta como el Salvador de todos los pueblos, representados en los magos de Oriente. Jesús es el Salvador de todos los pueblos. Y nosotros como los magos de Oriente debemos buscarlo siempre para adorarlo porque es nuestro Dios y Señor. Hagamos todos los días muchos actos de adoración a Jesús, el único salvador del mundo. Nunca estará de más remarcar que Jesús es insuperable, el único que salva Cristo, no hay otro.

La Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. En el Evangelio se nos relata cómo la Sagrada Familia tiene que huir a Egipto porque Herodes quiere matar al niño Dios. Hoy también se ataca a la familia, por eso, es importante tomar conciencia que la familia tiene un valor sagrado, la familia es un santuario de vida y amor. Y la familia debe ser un reflejo de Dios. Así como Dios es familia, pues es comunión de personas, lo mismo, debe pasar en nuestras familias. Colaboremos todos para que nuestra familia sea una verdadera comunión de personas, donde se viva el diálogo, la comprensión, la ternura, en definitiva el verdadero amor.

Hoy 22 de diciembre, es el cuarto domingo de Adviento, y el Evangelio nos presenta como protagonista a San José. Qué importante es contemplar la figura de este varón justo. En la Biblia el justo es el que tiene una relación correcta con Dios, eso es lo que pasó en la vida de San José, El siempre buscó agradar a Dios. En San José encontramos una total docilidad a Dios, San José siempre aparece escuchando la voz de Dios y obedeciendo inmediatamente. En estos tiempos donde la sociedad nos lleva a silenciar la Palabra de Dios por voces mentirosas que traen las diversas ideologías, nos hará mucho bien pedirle a San José que como él lo hizo abramos no solo el oído sino el corazón a la voz de Dios.

Hoy 15 de diciembre es el Domingo de la Alegría, y el Evangelio nos presenta a Jesús como el Mesías, es decir el Ungido anunciado por los profetas. En efecto, los profetas anunciaban que cuando viniese el Mesías los ciegos van a ver, los sordos van a escuchar, los mudos van a hablar y los paralíticos van a caminar. Jesús pasó haciendo el bien, vino a dar vista a los ciegos, escuchar a los sordos, hablar a los mudos, caminar a los paralíticos y a traernos la verdadera liberación que es sacarnos del mundo del pecado. Esa es la verdadera liberación que trae Jesús, liberarnos del pecado.

Hoy 8 de diciembre celebramos la Solemnidad de la Inmaculada. La Iglesia nos invita a contemplar a María como aquella que nació sin pecado original y que además no cometió ningún tipo de pecado ni siquiera venial. Y es necesario remarcar que si María es toda limpia, toda pura, toda santa es por Cristo. El Evangelio de hoy nos presenta al Arcángel Gabriel que le dice a María: “llena de gracia”. En verdad, María está llena de Dios porque Ella fue preparada por el mismo Dios para ser su Madre.

Hoy 1 de diciembre, empezamos el tiempo de Adviento. El Evangelio nos habla de la segunda venida del Señor y es un llamado apremiante a estar vigilando, a estar preparados. Jesús vendrá gloriosamente y llevará a la creación a su plenitud y nosotros esperamos participar de la gloria definitiva, es decir a alcanzar la resurrección gloriosa. El Señor nos habla de lo que pasó en tiempos de Noé, la gente comía y bebía, vino el diluvio y acabo con todos. En otras palabras en la época de Noé había una falta de preocupación por vivir con Dios.

Hoy 24 de noviembre es la Solemnidad de Cristo Rey. Hoy contemplamos a Jesús como el Rey de reyes y el Señor de señores. En el Evangelio aprendemos cómo Jesús quiere que todos lleguemos a su Reino en plenitud que es el cielo. El Evangelio nos presenta al buen Ladrón que fue llevado por Cristo Rey al paraíso. El buen ladrón solo le pido a Jesús que se acuerde de Él, y Jesús, se lo llevó al cielo. Así es nuestro Rey, Él quiere que todos alcancemos la vida eterna.

Jesús nos habla del fin del mundo. Con un lenguaje vivo, el Señor nos indica que momentos previos a su venida gloriosa, habrá acontecimientos que inquietarán a toda la humanidad como terremotos, guerras, epidemias y hambres. Es una forma de hablar propia del género apocalíptico, donde se usan imágenes vivas que nos enseñan como el fin de la historia implicará una transformación del mundo. No caigamos en el literalismo cuando leamos pasajes del fin del mundo. Sin embargo, el fondo del mensaje de Jesús no es negativo, ni catastrófico, ni terrorífico, pues el Señor indica que ni un cabello de nuestra cabeza se perderá, y además que con nuestra constancia seremos salvos.

El Evangelio nos presenta la verdad de la Resurrección universal. El Señor indica con claridad a los saduceos, que al final habrá resurrección. Es bueno señalar que los saduceos no creían en la resurrección y por eso objetaban esta verdad. Nosotros en el Credo decimos que creemos en “la resurrección de la carne” y en “la vida eterna”. En verdad, estamos esperando este acontecimiento que vendrá con la segunda venida del Señor. Todos resucitarán, unos para la gloria otros para la condenación. Y la resurrección universal es posible porque Cristo ha resucitado, Él ha vencido a la muerte y él nos resucitará.