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Desde setiembre, una controvertida medida será aplicada en todas las escuelas públicas del estado de Texas. Según una nueva ley firmada por el gobernador Greg Abbott, cada salón de clases deberá exhibir una versión específica, en inglés, de los 10 mandamientos religiosos, sin posibilidad de traducción ni interpretación alternativa.
La disposición exige que los mandamientos se presenten en un marco de 41 x 51 centímetros, convirtiéndose en una presencia obligatoria en más de 9 000 instituciones educativas que albergan a cerca de seis millones de estudiantes. La medida ha generado polémica, especialmente porque muchos de los alumnos no profesan la religión católica o no practican ninguna fe.
Además de la obligatoriedad de los mandamientos, la ley permite que las escuelas reserven tiempo diario para lectura de la Biblia y oración, aunque estas prácticas serán voluntarias para los estudiantes.
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La nueva propuesta religiosa en las escuelas de Texas
El plan aprobado por el gobierno texano convierte al estado en el más grande del país en implementar este tipo de legislación religiosa en escuelas públicas. El contenido será uniforme y no admitirá adaptaciones a otras confesiones. Mientras la oración y lectura bíblica no son obligatorias, sí lo será la exhibición de los 10 mandamientos en cada aula.
La norma ha sido duramente criticada por sectores que defienden la libertad religiosa, ya que, según señalan, infringe la Primera Enmienda de la Constitución, que establece la separación entre Iglesia y Estado. La controversia ha escalado rápidamente.
En respuesta, un grupo de familias y líderes religiosos en Dallas ha presentado una demanda colectiva contra el estado de Texas. En el recurso legal figuran como demandados la Agencia de Educación estatal, el comisionado Mike Morath y varios distritos escolares.
Cabe recordar que una ley similar fue bloqueada en Louisiana por un tribunal federal, por lo que no se descarta que esta medida en Texas también enfrente obstáculos legales en los próximos meses.