En Estados Unidos, la numismática no es solo un pasatiempo para coleccionistas, sino también una interesante forma de inversión. Las monedas antiguas, raras o con errores de acuñación pueden aumentar considerablemente su valor con el paso de los años. Este fenómeno ha despertado el interés tanto de aficionados como de inversores que buscan piezas con potencial de revalorización, ya sea por su escasez, su historia o su condición física.
El mercado numismático estadounidense es uno de los más activos del mundo, con subastas que alcanzan cifras sorprendentes. Pero no es necesario poseer una moneda de oro colonial para empezar. Existen ejemplares relativamente accesibles en circulación o en colecciones familiares que podrían valer mucho más de lo que indican sus denominaciones. Saber identificarlas es clave para aprovechar este mercado de oportunidades.
Te recomendamos
Monedas con alto potencial: de los centavos a los dólares de colección
Entre las monedas más buscadas se encuentran el centavo de 1943 de cobre (que debería haberse acuñado en acero), el “double die” penny de 1955, y las ediciones de dólar de plata Morgan de finales del siglo XIX. También destacan los cuartos de estado con errores de impresión, las monedas con tirajes limitados y las versiones “proof” o de presentación especial.
Factores como el año, el lugar de acuñación (marcado con letras como D, S o P), el estado de conservación y la demanda entre coleccionistas influyen directamente en su valor. Por ejemplo, un centavo de Lincoln de 1909 con la marca “S VDB” puede superar los $1,000 en el mercado actual si está en buenas condiciones.
Plataformas como PCGS o NGC permiten certificar monedas y ofrecen escalas de gradación que ayudan a fijar precios. Invertir en numismática requiere paciencia, investigación y atención a los detalles, pero con las piezas correctas, puede ser una forma de generar valor con historia.