Las monedas acuñadas en la década de los noventa por la Casa de la Moneda de Estados Unidos son mucho más que simples piezas de metal. Estos ejemplares, con sus errores de acuñación y ediciones limitadas, se han convertido en auténticos tesoros numismáticos que despiertan el interés de coleccionistas.
Más allá de su valor nominal, estas monedas reflejan la historia, la precisión y, en algunos casos, las pequeñas imperfecciones que las hacen únicas y altamente valoradas en el mercado numismático.
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Monedas de doble denominación
Las monedas de doble denominación son una rareza dentro de la numismática, y las acuñadas en los años 90 son especialmente valoradas por su escasez. Este error ocurre cuando dos denominaciones diferentes se golpean en la misma moneda, creando combinaciones inesperadas y únicas.
Entre las más conocidas se encuentran el centavo de Lincoln sobre un dime de Roosevelt (11c) y el nickel de Jefferson sobre un centavo de Lincoln (6c). La combinación de 11c ha alcanzado precios de hasta U$D 2 400 en subastas.
Centavos Lincoln de 1992 Close AM
Otro de los errores más raros es el centavo Lincoln de 1992 Close AM. La diferencia está en el espacio entre las letras “A” y “M” en la palabra “AMERICA” en el reverso de la moneda. Esta pequeña diferencia ha convertido estas monedas en piezas muy deseadas. Los ejemplares en condiciones regulares pueden alcanzar los U$D 10 000.
Silver Eagle Proof de un dólar
Esta pieza es una de las monedas más icónicas de la década de los noventa. Con solo 30 125 ejemplares producidos en la Casa de la Moneda de West Point, esta moneda se ha vuelto increíblemente valiosa. En 2013, una de estas monedas se vendió por la asombrosa cifra de U$D 86,655 en una subasta, y otras han alcanzado precios de hasta U$D 55 550.
Créditos: YouTube | @NumismaticaUS