Mientras la inflación general se desacelera en algunos sectores de Estados Unidos, los precios de los comestibles continúan presionando el bolsillo de millones de familias. En varias zonas metropolitanas, el costo de los alimentos básicos subió por encima del 4% entre marzo de 2024 y marzo de 2025, superando las expectativas y generando nuevas preocupaciones sobre la asequibilidad de la canasta básica.
En ese contexto, un reciente análisis de la firma SmartAsset, basado en datos oficiales de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), identificó las regiones del país que han experimentado los aumentos más pronunciados. Honolulu, Tampa y Minneapolis destacan como las ciudades donde la comida se ha encarecido más, con incrementos que afectan especialmente a frutas, verduras, carnes y productos de panadería.
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Honolulu lidera el encarecimiento de productos básicos
De acuerdo con el informe, Honolulu encabeza la lista con un aumento general de 5.3% en comestibles. Los cereales y productos de panadería fueron los más afectados, con un alza del 6.5%, seguidos de cerca por las frutas y verduras, que subieron 6.4%. Incluso la comida fuera del hogar se encareció un 4.6%, reflejando un impacto amplio en los hábitos alimentarios de los residentes.
Tampa, por su parte, reportó un incremento del 4.3% en comestibles, pero con una subida desproporcionada del 7.8% en carnes, huevos, aves y pescado. Minneapolis, tercera en la lista, mostró el mayor aumento en productos agrícolas, con frutas y verduras subiendo hasta 6.9%, lo que evidencia un patrón regional de impacto diferenciado según el tipo de alimento.
Los más golpeados son las proteínas animales y las comidas preparadas
Los Ángeles, aunque no figura entre las primeras cinco ciudades con mayor aumento general, sí presenta el mayor incremento en proteínas animales: 9.8% en huevos, carnes, aves y pescado. Asimismo, San Diego lidera el encarecimiento en comida fuera del hogar, con un alza de 6.3%, seguida de cerca por Boston (6.0%).
Estas alzas se dan en un contexto donde muchos hogares ya destinan una mayor proporción de sus ingresos a cubrir necesidades básicas. La variabilidad por región muestra que, además de la inflación general, los patrones de consumo local y el acceso a productos frescos también influyen en el precio final que pagan los consumidores.
Las ciudades donde el costo bajó o se mantuvo
No todas las ciudades experimentaron un alza en los precios de comestibles. Dallas y Boston registraron variaciones negativas en el promedio general, con -0.1% y -0.7%, respectivamente. En ambas, los precios de frutas, verduras y lácteos se redujeron, compensando los aumentos en otros productos.
Sin embargo, incluso en estas ciudades se registraron aumentos significativos en categorías puntuales. Por ejemplo, Boston tuvo una subida del 5.7% en proteínas animales y un 6.0% en comida fuera de casa. Esto evidencia que, aunque el promedio general sea bajo, ciertas familias pueden estar sintiendo el golpe dependiendo de sus hábitos de consumo.