El 9 de agosto de 1974, se consuma uno de los escándalos políticos más sonados en la historia de los Estados Unidos. El presidente Richard Nixon renunció a su cargo como presidente del país a través de un discurso, convirtiéndose en el único presidente en dimitir a su cargo. En esta nota, recordamos un poco de lo que fue el famoso caso Watergate.
Hace 48 años, Richard Nixon renunciaba al cargo de presidente de Estados Unidos
Desde la Casa Blanca, alguna de las palabras de Richard Nixon fueron: “Nunca he sido una persona que se rinda fácilmente. Dejar la presidencia antes de que mi mandato termine es algo que aborrezco profundamente desde lo más hondo de mi alma. Pero como presidente debo poner los intereses de Estados Unidos en primer lugar”.
¿De qué se trató el caso Watergate?
Todo comenzó en junio de 1972 cuando cinco hombres fueron detenidos en una de las sedes del Partido Demócrata, ubicado en el complejo Watergate. El objetivo de las personas era obtener información del partido. Es por eso que se le incautaron micrófonos y cámaras. De esta manera, fueron acusados de robo y espionaje.
El problema creció cuando los detenidos implicaron a Richard Nixon. El mandatario trató de evitar los ataques invocando la doctrina del “privilegio del Ejecutivo”. Sin embargo, fue mucha la presión, por lo que cedió ante las autoridades correspondientes. Una de las personas más allegadas a Nixon, John Dean, reveló y confesó que el presidente estaba implicado en el caso.
Un año más tarde, Alexander Butterfield informó sobre la existencia de una cinta magnetofónica dentro de la Casa Blanca. Estas contenían las conversaciones que se dieron en la oficina presidencial desde el año 1971. Luego de haberlas intervenido, las autoridades comprobaron que Richard Nixon obstruyó a la justicia e intentó tapar el asalto al Partido Demócrata.
Fue tanta la presión y acorralamiento al presidente Richard Nixon, que no le quedó de otra que dimitir de su cargo el nueve de agosto de 1974.
“Continuar mi lucha para lograr mi vindicación, absorbería totalmente todo mi tiempo y mi atención, en un período en el cual nuestra total atención debería estar puesta en los grandes asuntos de paz en el extranjero y la prosperidad en casa. Por consiguiente, debo dimitir de la Presidencia, para lo cual haré efectiva mi renuncia el mediodía de mañana” fueron las últimas palabras de Nixon en el cargo.