¿Es necesario que los estadounidenses ricos aporten al Seguro Social?

Un nuevo estudio revela la creciente brecha en la esperanza de vida entre los estadounidenses ricos y pobres, destacando cómo los más acomodados reciben mayores beneficios del Seguro Social.

Para los estadounidenses ricos, aportar al Seguro Social es una responsabilidad y también un gran beneficio.
Para los estadounidenses ricos, aportar al Seguro Social es una responsabilidad y también un gran beneficio.
Ilustración

La brecha en la esperanza de vida entre los estadounidenses más ricos y los más pobres se ha ampliado considerablemente en las últimas décadas, planteando interrogantes sobre la equidad del sistema del Seguro Social en Estados Unidos, un beneficio al que deben acceder miles de personas sin ningún tipo de distinción. 

En la siguiente nota te contaremos qué es lo que se sabe sobre si es obligatorio o no el aporte al Seguro Social de esta parte de la población, entre otros datos relacionados. 

Lo aprovechan mejor

Un nuevo estudio de la Oficina Nacional de Investigación de Estados Unidos revela que, mientras los más acomodados no solo viven más años sino que también obtienen mayores beneficios financieros del Seguro Social, los estadounidenses con menos recursos están muriendo cada vez más jóvenes.

Esta tendencia pone en evidencia una creciente desigualdad en la esperanza de vida y en los beneficios recibidos.

El estudio también destaca que los estadounidenses más ricos reciben significativamente más beneficios del Seguro Social a lo largo de sus vidas. En 1980, la diferencia en los beneficios esperados entre un estadounidense rico de 50 años y uno pobre era de U$D 103 000; tres décadas después, esta diferencia ha aumentado a U$D 173 000.

Esta situación plantea dudas sobre la progresividad del sistema de Seguridad Social y su capacidad para servir de manera equitativa a todos los ciudadanos. Sin embargo, esta desigualdad no ha llevado a que se exima a los más ricos de sus obligaciones contributivas.

Todos pagan por igual

A pesar de esta desigualdad, ser millonario no exime a nadie de contribuir al Seguro Social. Todos los trabajadores estadounidenses, independientemente de sus ingresos, están obligados a aportar a este sistema a lo largo de su vida laboral. 

Estos aportes son fundamentales para mantener la solvencia del sistema y garantizar que los beneficios estén disponibles para todos los ciudadanos, incluyendo aquellos con menos recursos que dependen más de estos ingresos en su vejez.

A medida que la nueva administración y el Congreso consideran cambios en la Seguridad Social y otros programas, surge la pregunta de cómo asegurar que los beneficios se distribuyan de manera más justa, una duda que queda pendiente. 

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