La historia de Simona Rodríguez, quien dejó a su esposo inmigrante, Ricardo, un regalo inesperado y valioso tras su muerte, ha conmovido a muchos en Estados Unidos, en especial a la comunidad latina que vive en el país norteamericano.
Después de 42 años de matrimonio y dos hijos, Simona falleció en diciembre de 2020, pero su generoso gesto quedó evidenciado cuando Ricardo descubrió una tarjeta de residente permanente, también conocido como Green Card, entre sus pertenencias.
¿Cómo lo hizo?
A través de la petición I-360, Simona aseguró el estatus de residente permanente para su esposo, un inmigrante de 71 años, quien previamente había rechazado su ayuda por cuestiones de orgullo masculino y esperanzas de una reforma migratoria.
La decisión de Simona de tomar la iniciativa legalmente ha permitido a Ricardo obtener la seguridad de vivir y trabajar permanentemente en los Estados Unidos.
La historia destaca la importancia de conocer los recursos disponibles para los inmigrantes, como la petición I-360, que puede cambiar vidas incluso después de la muerte de un ser querido.
Aunque la subutilización de este formulario es común, abogados y expertos en inmigración instan a las personas a buscar asesoramiento legal para aprovechar estas oportunidades que podrían significar la diferencia entre la permanencia y la deportación.