El Seguro Social en Estados Unidos es un sistema clave que proporciona beneficios por jubilación, discapacidad y fallecimiento, sustentado por los aportes que trabajadores y empleadores hacen a lo largo de los años. Sin embargo, para los inmigrantes, el acceso a estos beneficios depende directamente de su estatus migratorio. Mientras que los ciudadanos naturalizados y ciertos residentes permanentes legales pueden acceder a ellos sin mayores restricciones, otros grupos enfrentan limitaciones que pueden afectar significativamente su futuro financiero.
Los inmigrantes indocumentados, por ejemplo, no son elegibles para recibir beneficios del Seguro Social, aunque en muchos casos hayan contribuido al sistema mediante números de seguro social falsos o prestados. Por otro lado, los residentes legales deben haber trabajado al menos 10 años (o 40 trimestres) en empleos cubiertos por el Seguro Social para calificar. También hay acuerdos entre EE. UU. y ciertos países que permiten sumar años de trabajo en ambos lugares para cumplir con el requisito.
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Requisitos migratorios clave para acceder al Seguro Social
El tipo de visa o estatus legal que posee un inmigrante es determinante en su acceso a los beneficios. Los titulares de la “green card” o tarjeta de residencia permanente pueden recibir pagos si cumplen con el historial laboral necesario.
Algunas personas con visas temporales, como las de trabajo (H-1B), también aportan al sistema, pero no necesariamente califican para recibir beneficios a largo plazo a menos que obtengan la residencia. Además, los inmigrantes que reciben la ciudadanía estadounidense acceden a los mismos derechos que cualquier ciudadano nacido en el país.
Es importante señalar que el Seguro Social verifica el estatus migratorio antes de otorgar beneficios, y que los datos deben coincidir con los registros del Departamento de Seguridad Nacional. En resumen, aunque el sistema está diseñado para apoyar a quienes han contribuido a la economía del país, el estatus migratorio sigue siendo una barrera significativa para muchos. Entender cómo afecta este factor es clave para una mejor planificación financiera a largo plazo para quienes viven y trabajan en Estados Unidos.