El matrimonio entre Jennifer Lopez y Ben Affleck ha llegado a su fin después de dos años, una noticia que ha generado gran atención en la industria del entretenimiento. La pareja, que se casó en 2022 tras una segunda oportunidad en su relación, parecía estar disfrutando de una historia de amor renovada. Sin embargo, la separación ha sido inevitable.
Según los informes, fue Jennifer quien solicitó el divorcio en abril de 2024, citando diferencias irreconciliables. La relación había mostrado señales de tensión en los últimos meses, lo que aumentó la especulación sobre el futuro de la pareja.
El divorcio ha generado un sinfín de preguntas, especialmente considerando la fortuna conjunta y la falta de un acuerdo prenupcial. Los dos artistas, con carreras exitosas en la música y el cine, poseen patrimonios significativos que se han visto afectados por la ausencia de un documento que estipule cómo dividir sus bienes en caso de separación.
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— E! News (@enews) August 20, 2024
¿Qué pasará con sus ganancias sin un acuerdo prenupcial?
Uno de los aspectos más comentados en torno a este divorcio es la falta de un acuerdo prenupcial, lo que podría complicar el proceso de separación de sus activos. Sin este acuerdo, cualquier ganancia o bien adquirido durante los dos años de matrimonio se considera propiedad compartida. Esto significa que, a pesar de que ambos tienen sus propios ingresos y negocios, deberán dividir cualquier incremento de sus fortunas que se haya generado desde 2022.
Además, según los documentos presentados, Jennifer ha decidido renunciar a solicitar pensión alimenticia y ha pedido al juez que Ben Affleck también la rechace. Al no haber hijos en común, el caso no presenta disputas por la custodia, lo que facilita un proceso legal más rápido, aunque la división de activos sigue siendo un punto central. Se estima que el proceso de liquidación de bienes será delicado y podría tomar tiempo.
En resumen, mientras la separación entre Jennifer Lopez y Ben Affleck marca el fin de una relación mediática, el tema de las finanzas y las ganancias compartidas continuará siendo un aspecto clave en los próximos meses. Sin un acuerdo prenupcial que delimite los términos, ambos tendrán que encontrar un punto medio en la repartición de lo que lograron durante su breve matrimonio.
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