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Luego del ataque ordenado por Donald Trump a tres instalaciones nucleares iraníes —Fordow, Natanz e Isfahan—, las tensiones internacionales se incrementaron de forma preocupante, desatando especulaciones sobre un posible conflicto global. En ese escenario, surgió una pregunta crucial: ¿Qué sucedería con los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos en caso de una Tercera Guerra Mundial? ¿Tendrían derecho a recibir atención médica?
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha recordado que los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH) protegen a todas las personas, sin importar su nacionalidad o situación migratoria. Estas leyes internacionales garantizan ciertos cuidados a cualquier individuo herido o enfermo durante un conflicto armado.
En Estados Unidos, además, existen normativas internas que aseguran atención médica de emergencia para toda persona, incluyendo a quienes no tienen documentos.
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El acceso a atención médica para indocumentados en caso de guerra
Según el DIH, cualquier persona herida o enferma en un conflicto, ya sea civil o militar, tiene derecho a recibir atención médica sin discriminación alguna. Esto incluye a los inmigrantes indocumentados, quienes deben ser respetados, protegidos y auxiliados según las circunstancias médicas.
Asimismo, Estados Unidos cuenta con la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto Activo (EMTALA), vigente desde 1986. Esta ley obliga a todos los hospitales —incluidos los que reciben fondos de Medicare, hospitales militares y clínicas de urgencias— a brindar atención médica inmediata a cualquier persona, sin importar si tiene seguro, capacidad de pago o estatus migratorio.
Esta protección legal es clave en situaciones de crisis, como lo sería una guerra, donde garantizar el acceso a servicios médicos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. EMTALA prohíbe que los centros de salud nieguen tratamiento o transfieran a pacientes vulnerables, lo que ofrece una red mínima de seguridad para la población migrante.
En conclusión, tanto las leyes internacionales como las regulaciones nacionales en Estados Unidos aseguran que los indocumentados no quedarían desamparados en caso de un conflicto bélico de gran escala.